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Sandra McLeod hizo lo que quiso en esta bochornosa jornada política en donde la jefa comunal de Ciudad del Este tuvo ayuda del Tribunal Superior de Justicia Electoral (TSJE), institución a la que ahora ella ningunea.
Es que McLeod publicó en la cuenta oficial de Facebook de la Municipalidad de Ciudad del Este que retira su renuncia al cargo de jefa comunal tras conocer la decisión de la Cámara de Diputados que intervendrá su administración.
La intendenta había enviado una nota ayer a la Junta Municipal en donde renunció al cargo de forma “indeclinable”. Seguidamente escribió que “se reservaba el derecho a retirar su renuncia” si es que Diputados aprobaba la intervención. Era una renuncia “con piolita”.
Lo llamativo es que McLeod presentó dos renuncias. La que envió al Tribunal Superior de Justicia Electoral, a la Cámara de Diputados y al Ministerio del Interior no tenía el párrafo de la “piolita”, o el condicionamiento.
Los ministros del Tribunal Superior de Justicia Electoral Alberto Ramírez Zambonini, Jaime Bestard y María Elena Wapenka dieron a conocer en la mañana de este martes una resolución en donde se convoca a elecciones para la Municipalidad de Ciudad del Este, además de aceptar la renuncia de McLeod, una potestad que no les compete por la Ley Orgánica Municipal. Que se acepte o no una renuncia de un intendente depende de la Junta Municipal.
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El TSJE alegó, a través de su asesor Luis Alberto Mauro, que a McLeod le “blindaba” una acción de inconstitucionalidad de 2010 que le permitía evitar la Junta Municipal para renunciar.
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Más tarde durante la mañana se conoció que esa acción de inconstitucionalidad que argumentó el TSJE había caducado el pasado 14 de noviembre. Muchos diputados pidieron juicio político para los ministros del TSJE. Inclusive, un abogado hizo la denuncia sobre este punto al Ministerio Público.
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Resta saber qué ocurrirá con la resolución del Tribunal Superior de Justicia Electoral y con las notas enviadas a los diferentes organismos. El colegiado electoral busca, a través de varios portavoces, argumentar su grosero error que algunos califican como prevaricato, es decir, obrar en contra de la ley.
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