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Cumple su condena en una improvisada y cómoda celda de la Agrupación Especializada, donde tiene todo lo necesario para vivir. Desde heladera hasta acondicionador de aire. Al momento de nuestra llegada estaba cocinando.
Solo puede salir dos veces a la semana al patio exterior, y apenas por unas pocas horas, porque es considerada una persona peligrosa.
Ocupa una de las celdas de la guardia de seguridad, donde también están, en otras celdas, Alcides Oviedo y Aldo Meza, del mismo grupo terrorista autodenominado Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP).
Considera que la justicia presentó pruebas frágiles para condenarlo. Comentó que pasa su tiempo leyendo, que inclusive llegó a escribir un libro. El material se denomina “La razón de mi prisión” y se lanzó en 2011.
En otra parte de la improvisada entrevista el exlíder de Patria Libre, en la puerta de su cómoda celda reconoció su vínculo con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), un grupo guerrillero que desde hace décadas mantiene en vilo al país con bombas y secuestros.
En su plan para llegar al poder recurre a la lucha armada. Alrededor de 6.000 personas mantiene en condiciones infrahumanas en los montes colombianos.
Admitió que mantuvo reuniones con el canciller del grupo criminal, Rodrigo Granda, conocido también como Ricardo Téllez, quien también purga dos condenas en Colombia por instruir en el armado de aparatos explosivos.
Al justificar los crímenes del grupo terrorista con cuestiones ideológicas preguntó si no creemos que el presidente de los Estados Unidos Barack Obama también es un criminal porque ataca a otros países.
Otros líderes de Patria Libre, acusados por el secuestro de María Edith Bordón de Debernardi, que siguen eludiendo a la justicia son Juan Arróm y Anuncio Martí, asilados en el Brasil.