Se amanecía en democracia

Un día como hoy hace 29 años, un levantamiento militar derrocaba al dictador Alfredo Stroessner, quien gobernó a mano de hierro el país por 35 años y cuyas secuelas se resienten aún en pleno periodo democrático.

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La noche del 2 de febrero y la madrugada del 3 de febrero de 1989 fueron cruciales para la historia del país, ya que se puso fin a más de tres décadas de gobierno autoritario y marcaba el inicio de la vida democrática en el Paraguay.

Hasta esa noche, Stroessner se mostraba reacio a la idea de que podría ser derrocado y más aún por militares que supieron formar parte de su entorno, tal es el caso del líder del levantamiento militar, el Gral. Andrés Rodríguez, consuegro de Stroessner.

Fue en la noche del 2 en que gran parte del aparato militar al mando de "los Carlos" acudió hasta las inmediaciones del Regimiento Escolta Presidencial, donde se encontraba Stroessner con su hijo y con aparentes intenciones de resistir, es así que se inicia la refriega entre militares afines al dictador y quienes pretendían derrocarlo. En ese ínterin se logró que la Aviación se rinda y además los revolucionarios tomaron el Cuartel de la Policía.

En horas de la madrugada se logró la rendición tanto de Stroessner quien fue recluido en sede de la Caballería y a las 5:00 confirma por medio de una escueta carta que renunciaba al cargo, acto seguido viajó al Brasil donde murió en el exilio el 16 de agosto de 2006.

El júbilo se traslado a las calles en la mañana del 3 de febrero; en la tarde, Rodríguez juró como presidente de forma provisional y se convocó a elecciones.  

En 1992 se llamó a una Convención Nacional Constituyente, que elaboró una nueva Constitución, entre cuyas sus disposiciones más importantes figuraba la duración del mandato presidencial y que tanto presidente como vicepresidente no podrán ser reelectos en ningún caso.

De acuerdo a los datos manejados por organizaciones de derechos humanos, la dictadura stronista se ha caracterizado por la persecución arbitraria e inmisericorde de opositores, además clausuró medios de prensa y promovió ejecuciones extrajudiciales.

Más de 20.000 personas fueron detenidas, muchas de ellas sin derecho a un proceso; más de 100.000 sufrieron de manera indirecta la represión, según informes de la CVJ. Y se perpetraron más de 400 detenciones y desapariciones de personas, según la Coordinadora de Derechos Humanos del Paraguay (Codehupy).

 

 

 

 

 

 

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