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La inseguridad en el país se encuentra en su máxima expresión, prueba de ello son los reiterados secuestros que se produjeron en los últimos ocho días, en el norte y este del país, y uno de ellos, el más violento, marcó el regreso del autodenominado Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP).
El 5 de julio pasado se cumplieron dos años del secuestro más largo en la historia del Paraguay, el del suboficial de Policía Edelio Morínigo Florenciano, perpetrado por el EPP el 5 de julio del 2014 en la localidad de Arroyo de Oro, distrito de Horqueta, departamento de Concepción, sin que hasta hoy día el Gobierno pueda garantizar con pruebas de que el mismo sigue con vida.
También permanece en manos de la misma banda el colono Abrahán Fehr, secuestrado un sábado 8 de agosto de 2015, quien está a solo 11 días de cumplir un año en manos de sus captores. El hombre fue llevado por los criminales mientras trabajaba en su chacra de la colonia Manitoba del distrito de Tacuatí, en el departamento de San Pedro.
En la tarde de ayer 27 de julio y tras varios meses de permanecer en las sombras, la banda de secuestradores que no puede ser desbaratada por ningún gobierno, volvió a aparecer, esta vez en el distrito de Santa Rosa del Aguaray, en el departamento de San Pedro, donde tomaron por asalto la estancia “La Yeya” y hasta incendiaron maquinarias del establecimiento ganadero.
Franz Wiebe Boschman (17), hijo de Abrahán Wiebe y Katharina Boschman, es la nueva víctima de los epepistas. A través de una esquela los captores dejaron una serie de exigencias para la liberación, entre ellos el pago de 700.000 dólares americanos.
Tan solo un día antes, a las 16:00 del martes 26 de julio, se produjo el secuestro de Celeste Lopes De Matto (62), ciudadano de nacionalidad brasileña, capataz de una estancia de Minga Porã, Alto Paraná, por quien pidieron la suma de 10.000 dólares para liberarlo.
Luego de que se desplegara un intenso operativo para rastrear al hombre, fue liberado poco antes de la medianoche - 23:50 aproximadamente - de ese mismo día sin que se haga efectivo el pago del rescate. El autor del plagio optó por abandonar a la víctima y darse a la fuga al verse cercado por los policías que realizaban patrullas por el sector, desde que se produjo el secuestro. Según la víctima, su captor sería un joven paraguayo de 22 años.
Estos casos sucedieron aún mientras la opinión pública se reponía de la impresión causada por el secuestro del ganadero José Rómulo Rojas Ledezma (47) y su capataz Modesto Antonio Alfonso (48) el mediodía del 20 de julio luego de una emboscada en la estancia Santa Catalina, en Hugua Ñandu, distrito de Paso Barreto, departamento de Concepción., lo que suponía la reactivación de la maquinaria de los plagios, pues los autores solicitaban el pago de 750 millones de guaraníes.
Un día después, alrededor de las 17:00 del 21 de julio, ambos lograron escapar luego de que fueran descuidados por sus captores, quienes supuestamente se internaron en un monte para evitar ser encontrados durante las incursiones aéreas que hacía la Policía. La autoría no fue atribuida al EPP, sino a personas inexpertas. En el transcurso de las investigaciones fueron detenidos varios sospechosos, entre ellos el concejal de Paso Barreto, Martín Soria Cristaldo (ANR).
Entre los casos más impactantes no se puede dejar de mencionar el de Arlan Fick, quien permaneció en poder del EPP por 267 días, el primer secuestro más largo de nuestra historia. Fue secuestrado el 2 de abril del 2014 y liberado en la noche del 25 de diciembre de ese mismo año.
Los criminales exigieron a su familia el pago de US$ 500.000 en efectivo y además el reparto de US$ 50.000 en víveres entre los ciudadanos de Yby Yaú, departamento de Concepción. Tras pasar varios meses sin comunicación, el adolescente fue liberado el día de Navidad.
Durante todo ese tiempo varias veces se especuló sobre la supuesta muerte del joven, hasta que los captores entregaron un video como prueba de vida, en el que también aparecía el todavía secuestrado Edelio Morínigo, con quien llegó a coincidir. Esta fue la primera y última evidencia de que el suboficial estaba con vida.
En noviembre del 2013, poco después de que Horacio Cartes triunfara en las elecciones generales, se producía el secuestro del empresario del ramo fúnebre Luis Carlos Núñez Villalba en ciudad Presidente Franco, capturado por un grupo tipo comando que irrumpió en su residencia en esta ciudad, en la noche del 8 de noviembre.
Fue liberado dos días después en el lado brasileño de la cabecera del Puente de la Amistad, supuestamente sin que se efectuara el pago de 200.000 dólares exigidos por los captores. Dos años después de su liberación, la víctima fue asesinada y según su familia, fue materializado por los propios secuestradores. En mayo de este año uno de los supuestos cabecillas de la banda que lo secuestró, Fulgencio Ortiz Villalba (48).
En los últimos 16 años la industria del secuestro se mantuvo bastante activa en el país. En noviembre del 2001 fue secuestrada María Edith Bordón, puesta en libertad 64 días después, el 19 de enero del 2002 tras el pago de 1.000.000 de dólares.
En el año 2004, fecha 21 de setiembre se produjo uno de los capítulos más sangrientos en la historia de los secuestros, en el que resultó víctima Cecilia Cubas, hija del expresidente de la República Raúl Cubas Grau y de Mirtha Gusinky de Cubas, actual senadora colorada.
La joven fue encontrada sin vida el 16 de febrero del 2005, enterrada en una vivienda de la ciudad de Ñemby. Pasó 148 días en cautiverio y pese a que su familia pagó 300.000 dólares, sus captores la torturaron, la violaron y la asesinaron.
El 31 de julio del 2008 fue secuestrado el ganadero Luis Alberto Lindstron, y liberado 42 días después tras la suma de 130.000 dólares. El 15 de octubre del 2009 fue víctima de plagio el ganadero Fidel Zavala y puesto en libertad 96 días después, previo pago de 550.000 dólares como rescate.
El 4 de setiembre del 2011 era liberada la joven Dalia Scapinni, luego de ser víctima de plagio el 30 de agosto de ese mismo año. La misma quedó libre pese a que no se produjo pago alguno a los secuestradores. Todos los implicados en su secuestro fueron arrestados y condenados, con penas de entre 20 y 25 años de cárcel.