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BUENOS AIRES. Francesca Brambilla Barreiro es una beba paraguaya de un año y siete meses, que hasta inicios de este mes de abril desarrollaba su vida de la manera más normal posible. Sin embargo, una inesperada y hasta ahora inexplicable complicación, que se inició con un desgano y falta de apetito, obligó a sus padres Rodrigo y María José a internarla en un sanatorio privado de Asunción.
En menos de 72 horas, a partir del lunes 4 de abril pasado, el hígado de la beba simplemente dejó de funcionar. El jueves último, hace una semana, los médicos paraguayos le confesaron a los desesperados padres de Francesca que ya nada podían hacer por ella. “Los doctores fueron por lo menos sinceros con nosotros. Nos dijeron que ya casi nada podían hacer por mi hija, porque tienen los conocimientos pero no los medios para salvarla”, recordó María José Barreiro.
En una acción desesperada, pero salvadora, los padres de la nena la desconectaron bajo su responsabilidad en Asunción y la alzaron a un avión, que aterrizó en Buenos Aires. Inmediatamente, Francesa fue ingresada al Hospital Garrahan, el principal centro pediátrico de Argentina y donde al día ingresan al menos 10 niños paraguayos.
El viernes pasado, solo una semana después de que se iniciara la pesadilla de la familia Brambilla Barreiro, la pequeña Francesa ingresó a terapia, en críticas condiciones y casi sin tiempo. Automáticamente, los médicos argentinos pusieron a la beba paraguaya en lista de espera de un donante de hígado.
Pero como el tiempo no era un aliado de Francesa, su padre Rodrigo Brambilla se ofreció como donador, lo que afortunadamente fue consentido con un estudio de compatibilidad. El miércoles 13 de abril así pasó a ser una fecha inolvidable para esta joven familia asuncena, ya que Rodrigo entró a quirófano a las 14:00, para que le sacaran un pedazo del hígado, y diez horas después su hija Francesa también salía con éxito de una de las operaciones más complejas practicadas en el Garrahan.
La madre de Francesca, María José, quien ahora acompaña a su hija y su marido en el hospital, se encuentra asistida permanentemente por la enfermera paraguaya del Garrahan, María Isabel Valiente, una de las principales responsables de esta nueva oportunidad de vida para la pequeña. Funcionarios de la Embajada y del Consulado paraguayo también siguen muy de cerca el caso, informaron.