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El subcomandante Eliseo Báez indicó que hay elementos sospechosos en torno al caso del robo de chalecos, uniformes y municiones por parte de un grupo que asaltó a un comerciante que transportaba implementos que pretendía vender a los agentes que combaten al EPP.
Indicó que resulta llamativo que la víctima, Elpidio Álvarez Vera (33), quien transportaba la carga en una camioneta, decidiera viajar solo, sin pedir ayuda siquiera a la comisaría local.
El hombre fue interceptado en la zona de Kurusu de Hierro, Concepción, cuando cruzaba el puente sobre el arroyo Kagatã.
“Es una zona de influencia roja, digamos. Por ahí habitan esos criminales. No se explica (por qué decidió transportar las armas y uniformes sin apoyo policial)”, manifestó, en contacto con la 780 AM.
Confirmó que se iniciará una investigación, debido a las sospechas que se manejan. Igualmente, se verificará si la empresa “Comercial Aló”, propietaria de la carga robada, está autorizada para proveer implementos a los agentes. “Si es que tuviera la licencia -porque aún dudamos, ya que no está apareciendo en los registros- llama la atención que haya una sola persona para tanta mercadería. Se puede pensar que esto es una entrega”, agregó.
“No debe ser difícil avisar a la comisaría para que le acompañe. Para nosotros, esto fue una entrega”, aseveró el subcomandante.
Indicó que una de las hipótesis es que los implementos hayan ido a parar a manos de miembros del EPP, que busca reabastecerse. “Lastimosamente, esto tiene apariencia de que el EPP fue surtido, pero todo está sujeto a comprobaciones”, aclaró.
Comentó que el Departamento de Asesoría Jurídica ya está tomando medidas y verificando eventuales delitos o violaciones a normas regulatorias referentes a la comercialización de armas y afines.
“El uso y la comercialización de armas están controlados. Si esta unidad comercial no está autorizada, lógicamente estaría infringiendo normativas de orden legal y lo vamos a denunciar ante el Ministerio Público de inmediato”, anunció.
Báez consideró que, independientemente del trasfondo, se trata de un “hecho extremadamente grave, de una irresponsabilidad extrema”.
Reconoció que el EPP podría incluso usar los uniformes robados para confundir a los agentes de la Fuerza de Tarea Conjunta.
La carga en cuestión estaba constituida por 400 cartuchos calibre 38 y 9 milímetros, 12 a 20 botas, una caja de linternas, cinco o seis unidades de chalecos tácticos, 10 a 12 unidades de mochilas camufladas, cinco o seis camperas de color azul y negro, además de varios calzados deportivos.
El asalto se produjo a las 11:00 del martes, pero recién trascendió el miércoles, debido a que el caso se manejaba con hermetismo entre las autoridades de seguridad.