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Fue al justificar la actitud de su colega y correligionario José María Ibáñez, quien ubicó a los tres caseros de su quinta como contratados en el Congreso.
Indicó que le consta que muchas veces es difícil no ubicar a parientes o amigos en la función pública.
“Políticamente, tal vez no sea correcto, pero por el lado humano, quién no querría que su hermano tenga un puesto”, manifestó.
Comentó que, al asumir en el cargo, los legisladores deben hacer frente a los pedidos de favores por parte de familiares.
Al volver al caso de Ibáñez, indicó que “se trataba de cupos que le correspondían a él”.
“Él actuó en todo momento de buena fe. No soy quién para juzgar”, indicó, en contacto con Canal 100.
Consideró que su colega "pudo haber cometido un error, pero también cometió muchos aciertos. Eso es conciencia de cada uno", agregó.
“Esto (las contrataciones discrecionales) no es el primer caso. Ocurrió en el gobierno de Lugo, de Nicanor y de Franco”, sostuvo.
Indicó que el escándalo en torno a Ibáñez es producto de que “estamos en un stand de tiro, donde podemos cometer errores”.
“Quiero con mucha sinceridad, con mucho sincericidio, contarles cuál es la realidad de las cosas”, manifestó.
Aseguró que, pese a las publicaciones, el parlamentario colorado “tiene no solo mi respeto, sino de los 44 diputados (colorados)”.
“Ibáñez no es una persona cualquiera. Todo le expresamos el concepto que tenemos sobre su persona”, reafirmó.