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En una reunión con representantes de supermercados, autoservicios, almacenes y comercios el intendente Holger Bergen habló de un importante paso para la ciudad, tratando de mantenerla más limpia con la colaboración de todos. Dijo que las dos ordenanzas más que nada no quieren obligar, sino apelar a la conciencia humana y ver como reducir el impacto del plástico y las pilas.
Recordó que la ciudad más limpia no es donde más se barre, sino donde menos se ensucia. Habló del uso excesivo del plástico y la costumbre de llevar una bolsita al comprar una sola manzana.
Bergen destacó también que la fabricación del plástico polietileno con combustibles no renovables y agua genera grandes cantidades de efluentes líquidos, residuos sólidos y emisiones gaseosas. Es por esa razón que la comuna ordena reemplazar las bolsas de plástico para el transporte de productos o mercaderías por aquellas de material biodegradable, dentro de un año en el caso de ventas al por menor y a dos años para ventas al por mayor.
También se enfocó en una campaña de concienciación sobre el peligro de pilas usadas y la necesidad de su recolección en cuadras, manzanas, barrios y negocios. Un sector del vertedero municipal será destinado para almacenar en condiciones de seguridad las pilas recolectadas.
Bergen advirtió sobre la contaminación del agua, vital líquido en el Chaco, por pilas usadas. En tanto que el encargado municipal de Agua y Medio Ambiente Rudolf Hildebrandt recordó que una sola pila botón (mercurio), que se usa en artefactos electrónicos, puede contaminar 6, 5 millones de litros de agua, causando daños a la salud y medio ambiente, pero su reciclaje adecuado separa el material peligroso de los insumos reutilizables.