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“El diálogo no es fácil. Está el diálogo teatro, es decir, ‘juguemos al diálogo’, ‘juguemos entre nosotros dos’. El diálogo debe ser sobre la mesa, debe ser claro. Si no decís lo que pensás, no te comprometés, conversando, el diálogo no sirve, es una pinturita”, dijo Francisco este sábado en el León Coundou.
“Es verdad que el diálogo no es fácil, hay que superar muchas dificultades y parece que nos empecinamos en hacer las cosas más difíciles todavía. Pienso en el diálogo nuestro, el interreligoso: nos reunimos a veces para hablar, pero cada uno habla desde su identidad. Dicen ‘soy budista, soy evangélico, soy católico, soy ortodoxo’, pero cada uno habla desde su identidad. Cuando es sobre un país hablamos del diálogo social. Es la patria primero, después mi negocio. Si yo voy a dialogar sin esa identidad, el diálogo no sirve”, agregó.
“La uniformidad nos anula, nos hace autómatas. El punto de partida es el diálogo. No podemos presumir que el otro esté equivocado. Es una ida y vuelta con el corazón abierto. Dialogar no es negociar, negociar es sacar la propia tajada. Es buscar el bien común para todos. Pensar qué es lo mejor para todos. Muchas veces esta postura del encuentro está en conflicto. Recién vimos un ballet precioso: todo estaba coordinado, vimos una orquesta que era una verdadera sinfonía, todo estaba bien. En el diálogo no siempre es así. En el diálogo se da el conflicto. Es lógico y esperable”, señaló.
“Estén dispuesto a recibir nuevas a culturas. Cuando estudiamos historia vemos culturas milenarias que han muerto, que ya no existen, que murieron por cerrarse en sí mismas”, manifestó el Santo Padre.
Tras el encuentro con la sociedad civil, el Papa se dirigirá a la Catedral a rezar las vísperas.