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El proyecto figuraba en el primer punto del orden del día de hoy jueves. El mismo establece subir el impuesto al tabaco del 16 por ciento al 30 o incluso 40 por ciento. Además, se cargará al consumidor un arancel del G. 1.500 por cada cajetilla.
Sin embargo esta propuesta no contaba aún con el dictamen de las comisiones asesoras.
Por ello, el senador del Frente Guasu, Carlos Filizzola, pidió que la plenaria se convierta en comisión asesora y otorgue ya un dictamen a la propuesta de ley. Acotó que se necesitaban 23 votos como mínimo para ello, pero en el estadio de votación no hubo interés de sus colegas. Se alcanzaron solo 18 votos.
La senadora liberal Blanca Lila Mignarro propuso que las comisiones que deben estudiar este proyecto lo analicen el próximo martes, y así, dos días después, el jueves 30, pueda ser estudiado ante la plenaria. Este pedido finalmente prosperó.
La senadora luguista Esperanza Martínez, ofuscada, se quejó de que un proyecto tan importante para recaudar más no sea del interés del oficialismo colorado. “Es un tema espinoso para el Poder Ejecutivo. No quieren tocar los ingresos de los tabacaleros”, aseguró la parlamentaria.
El proyecto establece en uno de sus artículos que la recaudación de este impuesto será destinada al fortalecimiento de los programas de Salud Pública, Educación y las Consejerías Municipales por los Derechos del Niño (Codeni).
Sobre la propuesta, José Ortiz, presidente de la Unión de Tabacaleras del Paraguay y gerente de las empresas del Grupo Cartes, dijo que todos los impuestos deben ser moderados y graduales y no abruptos, del 16% al 30% como se plantea. Advirtió que este aumento tendrá efectos negativos y consideró que no debería ir a más del 2%.
Incluso hoy en Hernandarias, durante un acto político del movimiento Honor Colorado, Ortiz dijo a los trabajadores de empresas tabacaleras que si no votaban por Santiago Peña, en el futuro podrían perder sus trabajos por los impuestos que aprobaría la oposición en el Parlamento.