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La idea de la formalización es que todos los trabajadores puedan pedir factura al hacer sus compras, de manera a formalizar el comercio y a su vez pagar el Impuesto a la Renta Personal (IRP) pero esto en la práctica se hace inaplicable para la gran parte de la población que gana solo el salario mínimo o incluso menos, enfatizó Christian Cieplik, presidente de la Cámara Paraguaya de Supermercados (Capasu).
“El que gana sueldo mínimo o los más de 1.200.000 paraguayos que no ganan ni siquiera esa suma, nunca van a pedir factura porque no les conviene”, enfatizó el supermercadista, quien expresó que este factor es que contribuye a que la informalidad siga teniendo cautiva a una inmensa cantidad de personas que no pagan impuestos, y hacen que siga el mal para el comercio, potenciándose la informalidad y el contrabando.
Para Cieplik, la solución está en bajar el IRP, de manera a que la mayoría pueda pagarlo según el consumo de cada uno.
“Si bajamos hasta el salario mínimo el IRP, la persona como gasta el 100 % tampoco debería pagar nada al gastar todo, y así pedirían factura para exigir el comercio formal”, enfatizó Christian Cieplik.
En la actualidad, el IRP está al nivel de tres salarios mínimos, es decir más de G. 6.000.000.