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Sidney Da Silva fue detenido en horas de la noche por efectivos de la Policía y la Fiscalía durante una serie de controles realizados en las inmediaciones de la Comisaría 5ª de Curuguaty. El hombre, quien sería empleado del exdiputado colorado Julio Colmán, se encontraba ingiriendo bebidas alcohólicas en las cercanías del punto de control.
Pese a recibir varias advertencias sobre la prohibición existente para el consumo de bebidas alcohólicas en la vía pública, el hombre hizo caso omiso por lo que luego de tres llamadas de atención fue detenido y trasladado a la sede policial. Un total de diez personas fueron detenidas durante los controles, incluyendo al funcionario de la Gobernación de Canindeyú, Jorge Jara.
Cerca de las 23:00, de acuerdo a un informe de prensa del Ministerio Público, Colmán habría llegado a la comisaría para exigir la liberación de Da Silva. El exparlamentario habría agredido verbalmente a Cristian Royg, fiscal antinarcóticos, para luego amenazarlo con trasladarlo de zona si no cumplía con sus exigencias.
Da Silva fue imputado por exposición al peligro en el tránsito terrestre, perturbación de la paz pública y resistencia.
En conversación con ABC Color, Julio Colmán negó la supuesta agresión y amenaza contra el fiscal Roig. “Ijapú, Ijapú, Ijapú, pe fiscal pea iputo” (miente, miente, miente, ese fiscal es puto), señaló el otrora diputado por el Partido Colorado.
“Los tipos están locos”, aseveró Colmán quien calificó al agente fiscal como un hombre “agresivo, agresivo”. El político colorado relató que le avisaron luego de que se hubiera acostado a dormir que Sidney Da Silva, quien trabaja como operador de su radio, había sido detenido por estar consumiendo bebidas alcohólicas frente a su casa ubicada a media cuadra de la comisaría.
Una vez que se enteró de lo ocurrido, decidió vestirse e ir hasta la sede policial para enterarse de lo que había ocurrido. Relató que se encontró con los dos fiscales, uno de ellos, Cañete; era el que estaba de turno. En eso observó como el otro hombre, al que asegura no había conocido sino hasta ese momento, portaba una pistola 9mm y con “un saplé” empujaba a un detenido al calabozo.
“Yo dije 'pero ¿qué le pasa a éste?'”, continuó Colmán para luego agregar que el fiscal Cristian Royg se acercó, le apretó de la mano y se identificó. “Mucho gusto, yo soy Julio Colmán y vengo a ver qué es lo que está pasando”, afirma haberle dicho el colorado.
“'A usted le quería encontrar y conocer, terminaron su tiempo; usted ya es nadie, aquí nadie le quiere en este pueblo y yo vengo a arreglar las cosas', me dijo. Empezó a armar un quilombo, pero un quilombo”, aseveró Colmán. “Estuvo como diez minutos diciéndome de todo”, acotó.
Colmán reconoce haberle dicho al representante del Ministerio Público que “estaba actuando como un borracho”. Cuando quiso filmar lo que acontecía, aseguró, el fiscal comenzó “a bajar lo decibeles”.
Afirmó que el representante fiscal lo amenazó con demandarlo por difamación y calumnia. “¿Tiene pio necesidad un fiscal de hacer todas esas payasadas delante de mí?. Él dice que yo le traté de borracho y dice que le apunté con el dedo. A los fiscales no hay que apuntarles con el dedo”, puntualizó.