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“El manoseo de la justicia en este caso fue terrible. La familia salió destruida”, lamentó Mauro Barreto, abogado de Anderson Alberto Medina, el joven que fue víctima del policía Narciso Cañete, quien le disparó hace siete años. El defensor aseguró que, pese a que al fin recibió condena y fue mandado a prisión, sigue amenazando con que matará a toda la familia.
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El abogado relató que, durante todo el juicio, la familia del joven fue víctima de amedrentamientos, ataques, asaltos y amenazas de todo tipo con la intención de que retire la denuncia en contra del uniformado. “Esta gente fue atropellada por la Policía. Le secuestraron (al joven) por 24 horas y lo tuvieron con un revólver en la cabeza y escuchando a su papá gritando”, aseguró.
El policía recibió solo 7 años y medio de prisión, pese a que todos los elementos presentados como prueba ameritaban una condena de al menos 13 años, según afirmó el abogado. “Durante todo el proceso, siguió en libertad, amenazando, mandando a la familia asaltantes con revólver. El tipo siguió haciendo de las suyas y diciendo a todo el mundo que nunca va a entrar a la cárcel”, relató.
Ya con la sentencia establecida, la defensa solicitó que el oficial vaya a la cárcel pero no consiguió nada. “Todos los jueces se prestaron, dijeron que no y quedó en libertad durante todo este tiempo, amenazando a esta gente”, aseguró.
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El abogado aseguró que quien más protegió en toda esta situación a Cañete fue el excomandante Críspulo Sotelo, quien estaba “a disposición de José Ortiz. Uno de los oficiales gatillo fácil de la Policía y no solamente en este caso. Dentro de la Policía hay oficiales que son utilizados para matar y este señor es uno de los asesinos de la Policía”, acusó en contacto con ABC Cardinal esta mañana.
Lamentó que la familia del joven haya sufrido tanto durante este proceso y que siga atemorizada por las numerosas amenazas de las que fueron víctimas. “El nene no salía a la calle solo. Tenían que llevar a la nena hasta la facultad y hasta ahora siguen con mucho miedo”, aseveró. Además, afirmó que los propios jefes de la Policía Nacional y Fiscales les decían que no debía meterse con los policías.
Este caso se inició en julio de 2012, cuando Anderson Alberto Medina iba en su automóvil sobre la ruta Gaspar Rodríguez de Francia y, en el kilómetro 10, se encontró con una patrullera que lo persiguió. Cañete abrió fuego contra el rodado y una de las balas dio en el conductor, quien sufrió graves lesiones en la columna y quedó en silla de ruedas.