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Marcelo Piloto, recientemente expulsado del Paraguay, ya tenía una condena en el Brasil, de 26 años de prisión, pero todavía tiene otros procesos en su contra que fueron suspendidos en el país vecino durante su ausencia.
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Según el medio brasileño Extra, si el narcotraficante obtuviera nada más que la pena mínima en todos sus procesos, llegaría a estar durante 41 años en prisión.
En el Brasil, a diferencia de Paraguay, las condenas por diferentes delitos son acumulativas, razón por la cual Piloto trató de evitar por todos los medios su extradición, tanto que su última jugada fue asesinar a la joven Lidia Meza Burgos (18) mientras estaba privado de su libertad en la Agrupación Especializada.
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Esta estrategia, sin embargo, tuvo un desenlace completamente inverso a lo que esperaba, y con ese último hecho no logró otra cosa que el presidente Mario Abdo lo expulsara del país. Ahora, incluso en Brasil, podrá ser juzgado por este crimen, aunque haya sido cometido en nuestro país.
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El diario brasileño Extra también hizo una publicación en la cual revela que Marcelo Piloto desde el 2015 manejaba todos movimientos de los cargamentos de armas y drogas a través de mensajes. Esto dejó al descubierto la manera en que su esquema criminal hacía llegar el dinero de la venta de armas, municiones y sustancias ilícitas a nuestro país.
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Abrían cuentas bancarias pasajeras, donde depositaban dinero que era rápidamente retirado en una sucursal fronteriza con Paraguay. Estas cuentas eran empleadas por personas físicas y también empresas de distintos rubros. En ese marco, Brasil llegó a bloquear 79 cuentas de la banda.
La contabilidad del grupo estaba a cargo de Leonardo Teixeira Cupollilo, el Botafogo, quien mantenía informado a Piloto sobre todas las transacciones y las cantidades de dinero que depositaban. Según estos datos, en el 2016 Piloto solicitó al Botafogo que se trasladara a nuestro país porque quería modificar algunas cosas.
Mientras tanto, en nuestro país Piloto seguía teniendo acceso a su teléfono celular, a través del cual no solo podía manejar su “negocio”, sino también se comunicó con Lidia, para luego asesinarla.
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