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El agua del canal del río Pilcomayo ya prácticamente es inexistente, por la desidia de la Comisión Pilcomayo del MOPC, que no realiza adecuadamente el mantenimiento del canal del cauce hídrico.
Hasta mayo de este año, familias indígenas de las parcialidades Kenka Klei y ChinaCha eran empleadas en el trabajo de cultivo de cebolla. Eran aproximadamente 300 indígenas que aprendieron a trabajar la tierra, explicó a ABC Color el ingeniero Arnaldo Benítez, administrador de la estancia La Madrugada, de la colonia Margariño.
Los agricultura de la zona también solía beneficiar a los pobladores de Margariño -ubicada en la ribera del río Pilcomayo-, ya que durante la etapa de cultivo, como también en el proceso ganadero, que sigue siendo la actividad principal de la zona, muchas personas de esta comunidad son contratadas para el trabajo requerido en ambas actividades.
Ante la escasez del líquido vital para el regadío, los trabajos quedaron reducidos a lo estrictamente necesario y varias personas quedaron sin el puesto laboral que les permitía subsistir, según el administrador. Añadió que en lugar de mecanizar los trabajos optaron por mantener la mano de obra para generar más puestos de trabajo. En este sentido, lamentó que tengan que ser las propias autoridades las que impidan el sustento de estos habitantes a quienes tampoco son capaces de asistir socialmente.
Se trata simplemente de mantener limpio el canal para que las aguas puedan volver a su curso natural y que no solo beneficien al lado argentino, cuyas autoridades realizan en tiempo y forma los trabajos requeridos y no necesitan esgrimir argumentos engañosos a la hora de justificar la evidente sequía que experimenta el recurso natural en esta zona.