La misa de culminación del octavario, que contó con una masiva concurrencia, fue presidida por monseñor Claudio Giménez, obispo de Caacupé, que durante la oración de los fieles pidió por la pronta liberación tanto del joven como del policía, quienes llevan varios meses retenidos, a pesar de que la familia Fick cumplió con los requerimientos del grupo criminal.
Durante la homilía, Giménez dijo que los jóvenes que hoy cometen fraudes en los exámenes en etapa escolar los repetirán en la universidad, situación que empeora cuando estos se convierten en senadores o diputados, ejemplificando de qué manera la corrupción ha permeado en las instituciones del Estado.
Asimismo, sostuvo que con el fin de las celebraciones marianas, la misión de los fieles es la de evangelizar con el ejemplo, practicando la honestidad, la transparencia y la coherencia entre las palabras y las acciones. "La coherencia de vida es fundamental para tener autoridad moral; si venimos a Caacupé, decidimos ser hijos de la Virgen y actuar como tales, no solo venir por tradición o para que nos vean", recalcó e instó a todos a construir una nueva Iglesia y un mejor país.