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Hasta el 10 de agosto se recolectarán firmas contra el diputado colorado José María Ibáñez en el prestigioso Club Centenario, del cual es miembro. En ese marco, hasta la fecha ya se cuenta con más de 430 socios adheridos a la solicitud.
Según se ve en la planillas, muchos socios van en familia hasta la recepción del club, donde fue dejada la carpeta, a estampar su firma pidiendo que el diputado sea expulsado
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El socio Fernando Mernes Velazco había planteado a los demás socios presentar una nota a la comisión directiva del Club Centenario con la firma de la mayor cantidad de socios para expulsar a Ibáñez por lo menos del club, ya que el Congreso no lo hizo.
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El exclusivo club analizaría la sanción una vez que el documento sea entregado. De esta manera la gente se va sumando a los escraches en su contra, teniendo en cuenta que la justicia accedió a la suspensión del procedimiento en el que fue acusado por la Fiscalía por estafa y cobro indebido de honorarios.
Con dicha resolución, Ibáñez quedó con el legajo limpio tras robar al Estado sistemáticamente durante meses, puesto que hizo figurar en el Congreso a los caseros de su quinta, a quienes pagaba un muy bajo porcentaje de lo que cobraba, caso conocido como los "caseros de oro". Él mismo había confesado el hecho y finalmente las autoridades allanaron el camino para dejando libre de culpa.
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Lo mismo ocurrió ayer en la Cámara de Diputados, en la cual sus colegas lo salvaron de la pérdida de investidura a través de las numerosas abstenciones y gracias a la ley del autoblindaje. Incluso Ibáñez ayer durante su defensa en la Cámara Baja trató de minimizar sus acciones, haciendo comparaciones con “casos mayores” y hasta hizo referencia a “un compromiso con los pobres”.
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En ese sentido, a pesar de que la justicia y los legisladores tratan de blanquearlo, muchos sectores de la ciudadanía no han quedado conformes con la salida que le dieron a este caso “los representantes del pueblo” por lo que incluso han vuelto a declararlo persona no grata en un restaurante y anunciado escraches en los domicilios de los parlamentarios. Otros negocios también se suman, vía redes sociales al repudio.
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