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La “ciudad del sol” se ha convertido prácticamente en un pueblo fantasma, tras la orden de evacuación obligatoria de las zonas costeras a la espera del impacto del huracán, que adquirió su máxima categoría al tocar territorio cubano en la noche del viernes.
En contacto con ABC Color, David Diéz Pérez, compatriota residente en Miami, relató de que manera se está preparando para resistir al severo fenómeno climático, más aún teniendo en cuenta que permancerá en su residencia en Sarasota, distante a unos 10 km del golfo de México.
El compatriota señaló que su residencia se encuentra fuera de la zona inundable; no obstante, ha tomado todos los recaudos posibles para resistir en las horas críticas de impacto del huracán. “Se estima que el huracán pase por mi zona en la madrugada del domingo. El aviso de las autoridades es que para el sábado en horas de la tarde ya debemos estar asentados en los lugares considerados como seguros”, detalló.
Díez Pérez señaló que en los supermercados se han agotado los elementos como agua, baterías, linternas y otros elementos para sobrellevar una situación de tal naturaleza, especialmente para aquellas familias que no tienen previsto evacuar, como es su caso.
El gobernador del estado de Florida ordenó la salida de unas 5.000.000 de personas en todo el estado. En el caso del compatriota, decidió no hacerlo, primero, por la distancia de su vivienda de la zona considerada como inundable, y segundo, por el embotellamiento que se produce cuando se ordena una evacuación de gran magnitud.
“Decidimos no viajar porque es preferible permanecer en casa bien seguros, que quedarnos varados en un embotellamiento y sin combustible”. “Ahí tenés dos opciones, o salís y buscas un lugar seguro, o te quedás encerrado en el auto mientras pasa el huracán, que resulta mucho peor”, dijo.
El compatriota afirmó estar listo para lo que vendrá y mantiene la fe en que, a pesar de su categoría y riesgo, el huracán cambie de trayectoria en las próximas horas.
Caio Melgarejo otro compatriota expresó que, por seguridad, prefirió no evacuar, ante el temor de quedar atrapado en el tráfico y que el huracán lo alcance en plena ruta; por ello, optó por resguardarse en la casa de un amigo que resulta más segura.