Cartes, que hizo el discurso inaugural del Foro sobre Latinoamérica en París, aprovechó para mostrar su “profundo interés en formar parte del Centro de Desarrollo de la OCDE en el corto plazo”, después de señalar que en términos generales quiere “profundizar las relaciones” con el que se conoce como el “Club de los países desarrollados”.
Su ministro de Hacienda, Santiago Peña, precisó a Efe que el objetivo de integrarse en ese organismo de la OCDE, un proyecto en el que llevan trabajando desde el pasado año con una participación “activa” en varios grupos, es “(acercarse) al club de las buenas prácticas”.
Esta demanda -añadió Peña- es “la formalización de la visión que tenemos de Paraguay que forma parte de una estrategia nacional que es de la inserción de Paraguay en el mundo”.
Por ahora son nueve los países latinoamericanos que forman parte del Centro de Desarrollo: Panamá, Uruguay, República Dominicana, Colombia, Costa Rica, Chile, Brasil, Perú y Argentina. Dos de ellos son miembros de pleno derecho de la OCDE, México y Chile, y tanto Colombia como Costa Rica se encuentran en proceso de adhesión.
Gurría, que había intervenido anteriormente, insistió en los consejos que repite su organización sobre la necesidad de realizar reformas estructurales como fórmula para hacer frente a una coyuntura como las que se da actualmente en que la economía latinoamericana en su conjunto lleva dos años consecutivos de retroceso, una situación que no se daba desde comienzos de los años 1980.
“Si hubiéramos innovado más, reformado más, cooperado más, hoy quizás tendríamos mejores resultados”, señaló el secretario general de la OCDE, antes de puntualizar que “nunca es demasiado tarde para obtener resultados”.
Hizo notar que el problema con las reformas estructurales es que “toman tiempo, no dan resultados inmediatos” y exigen esfuerzos para hacer frente a las resistencias.
Gurría lamentó que pese al fuerte crecimiento que se había conseguido a comienzos de siglo, los países latinoamericanos siguen enfrentando los mismos problemas.
Se trata -dijo- de "altos niveles de pobreza, la desigualdad más alta, la informalidad, altos niveles de corrupción, sistemas judiciales deficientes, sistemas de educación con marcos regulatorios muy complejos, (...) sistemas fiscales ineficientes".