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Luego de escuchar las inquietudes de los pobladores del Bañado Norte, el papa Francisco se dirigió a la multitud para expresar su alegría por estar aquella zona marginada y aprovechó la ocasión para criticar la fe sin solidaridad. “Por más misas de los domingos..., si no tenés corazón solidario, si no sabés lo que pasa en tu pueblo... Decir 'soy muy católico, pero no sé qué pasa en los Bañados...'”, expresó.
Posteriormente, el Sumo Pontífice sorprendió a todos llamando a rezar el Padre Nuestro en el idioma nativo. “Terminamos otra vez rezando a nuestro Padre del cielo; en guaraní lo hacemos, sabés”, expresó para luego ser ovacionado por todos los presentes. Tras terminar el rezo, el vicario de Cristo impartió la bendición final. “Sigan adelante y que Dios los bendiga”, expresó para subir nuevamente a su Fiat para dirigirse a Ñu Guasu, donde prevé oficiar la misa central y el Angelus.
Antes de retirarse, ya desde el vehículo, el Papa saludó nuevamente a algunos fieles, mientras la multitud reclamaba un nuevo saludo antes de salir del lugar. Jorge Bergoglio accedió a la petición, abrió nuevamente la puerta del automóvil, hizo una señal de abrazo y en actitud sonriente dijo adiós a los bañadenses.
El Santo Padre llenó de alegría el Bañado Norte, donde los fieles se congregaron ya desde la víspera. Algunos fieles inclusive pasaron la noche para ocupar los lugares más próximos a la máxima autoridad de la Iglesia Católica. Jorge Bergoglio instó a los bañadenses a dejar de lado las divisiones entre sectores. “Sigan adelante y no dejen que el diablo los divida”, expresó.