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Uno de los efectivos policiales imputados es el comisario Ovidio Reinaldo Larrea Torres, actual subjefe de la comisaría 2ª de Fernando de la Mora, quien habría grabado con su celular el tiroteo pero no se lo entregó a la Fiscalía.
El segundo imputado es Aldo Alcides Morel, quien era el jefe del equipo táctico del Grupo Especial de Operaciones (GEO) desplegado en el operativo en el que murió Peralta. Este manejaba la camioneta Mitsubishi Triton en la que se desplazaban los agentes del GEO durante la intervención. Morel no entregó a tiempo ese vehículo al Ministerio Público, y cuando lo hizo, tenía el parabrisas nuevo y las evidencias de su interior fueron alteradas.
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El último imputado es el subcomisario César Paiva, camarada de promoción del oficial fallecido. Este fue quien tomó el arma de Arístides Peralta de la escena del crimen y no la entregó a los investigadores. La pistola se encuentra desaparecida hasta la fecha.
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Aristides Peralta, agente de la dirección de la Policía Central, fue ultimado por camaradas en un tiroteo luego de que se frustrara un asalto en la sucursal de un banco que funcionaba dentro de un supermercado en Fernando de la Mora.
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Lourdes López, viuda del subcomisario muerto en manos de sus propios camaradas, había declarado que la Policía nunca buscó esclarecer las circunstancias en las que fue asesinado su esposo. Criticó la falta de interés en determinar quiénes fueron los responsables del crimen.