OEA envía delegación a Paraguay

La Organización de los Estados Americanos (OEA) resolvió enviar una delegación a Paraguay a fin de constatar in situ la situación con el cambio de Gobierno. Fue durante una sesión extra, donde prácticamente ningún país reconoció abiertamente a Franco.

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La decisión fue tomada durante una reunión extraordinaria convocada por el consejo permanente de la OEA, a fin de analizar la destitución de Fernando Lugo y la asunción de Federico Franco.

Las delegaciones presentes apoyaron la moción de Honduras de enviar a Asunción una delegación encabezada por el secretario general, José Miguel Insulza.

La misión llegará a la capital paraguaya para interiorizarse del proceso por el cual se determinó el cambio en el Ejecutivo, además de las consecuencias del traspaso de mando en la realidad local.

Pese a que el debate se prolongó por más de cuatro horas, la idea de una visita a Paraguay no generó el consenso esperado entre los presentes.

Se acordó no votar y el propio secretario de la OEA, José Miguel Insulza, señaló que no tiene inconvenientes en trasladarse al país para recabar informes.

Insulza anunció ante el pleno que la delegación que encabezará partirá a Paraguay a mediados de la próxima semana.

El secretario de la OEA adelantó que intentará coordinar su labor con sectores regionales como la Unasur.

“No voy a realizar ninguna acción que signifique poner a la organización en contraste con la Unasur”, garantizó.

Durante el intercambio de posturas algunos países, entre ellos Bolivia y Nicaragua, plantearon suspender a Paraguay como miembro de la OEA, sin embargo la propuesta no contó con el apoyo necesario.

A su vez, el embajador paraguayo Hugo Saguier mostró su conformidad con el planteamiento de enviar una misión y garantizó que el país considerará todas las recomendaciones que se formulen en el informe que será elevado por la delegación del organismo al consejo permanente.

En la serie de exposiciones de los embajadores, fue una constante la idea de que no se respetó el “debido proceso” en el juicio que se le siguió a Lugo, que derivó en su destitución, el viernes último.

Varios diplomáticos consideraron que el expresidente paraguayo no tuvo el tiempo suficiente para preparar su defensa ante el Senado.

Las críticas hacían referencia a que el juicio se desarrolló con tal celeridad que a poco más de 24 horas de haberse iniciado el proceso, ya se emitió una sentencia final.

Aunque hubo posturas dispares respecto a si la remoción constituyó o no un golpe de Estado, fue prácticamente unánime el no reconocimiento del nuevo gobierno, encabezado por Franco.

Los representantes de los países miembros coincidieron en la necesidad de respetar la carta democrática firmada con la fundación de la OEA.

El debate se abrió con las palabras de José Miguel Insulza, quien hizo un breve relato de los acontecimientos que generaron el juicio a Lugo y resaltó el cambio de postura del expresidente paraguayo, quien inicialmente aceptó su remoción y luego calificó el hecho como un “quiebre institucional”.

Posteriormente, hizo uso de la palabra el embajador de Paraguay ante la OEA, Bernardino Hugo Saguier, quien defendió la legitimidad del Gobierno de Franco.

El diplomático pidió respetar la soberanía y exigió la no injerencia en los asuntos internos de Paraguay.

En otro momento, Saguier incluso denunció “otra triple alianza” al señalar que Brasil, Uruguay y Argentina ya acordaron la salida de Paraguay del Mercosur.

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