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Debido a que estudios confirman que la cuenca del río Tebicuary por segundo año consecutivo presenta “estrés hídrico o déficit hídrico”, la Secretaría del Ambiente dispuso no aprobar nuevos pedidos de captación de agua, de manera a precautelar el uso sustentable de aguas de la cuenca del río Tebicuary. Fue mediante una resolución firmada el martes por la ministra María Cristina Morales.
Actualmente existen varios propietarios de fincas que extraen agua del río Tebicuary para el riego de sus plantaciones. Incluso en enero de este año, el Ministerio Público denunció la existencia de personas que bombeaban ilegalmente hacia cultivos de arroz.
La resolución N° 1097/14 establece que por el plazo de dos años contados desde la víspera “la Dirección General de Control de la Calidad Ambiental y de los Recursos Naturales no expedirá ninguna Declaración de Impacto Ambiental a proyectos presentados con posterioridad a la presente, ni otorgará permiso alguno a los proyectos de nuevas actividades agrícolas que tengan como objetivo utilizar las aguas del río Tebicuary para el riego de sus plantaciones”.
El documento también establece “un plazo de noventa días para que los propietarios de dichas plantaciones -que solicitaron su Declaración de Impacto Ambiental ante la Seam con anterioridad a la presente Resolución- regularicen sus actividades” conforme a normativas que regulan esta actividad. En este sentido, la Dirección General de Control de la Calidad Ambiental y de los Recursos Naturales deberá pronunciarse inmediatamente sobre todos los proyectos que planteen la extracción de agua concediendo o rechazando la Declaración de Impacto Ambiental ya presentada.
Finalmente, la Dirección General de Recursos Hídricos deberá elaborar un plan de monitoreo y fiscalización coordinando con la Dirección de Fiscalización Ambiental Integrada y a otras direcciones que correspondan para cumplir la nueva disposición.
Según estudios socializados por la Seam, durante octubre, noviembre y diciembre (2014) e incluso enero (2015) se presentarán periodos de sequías coincidentes con el periodo de cultivo, motivados por el cambio climático y su efecto en la producción de arroz.