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Luciana Cáceres, esposa del sargento Freddy Delvalle, quien ultimó a un "motochorro", contó que, pese a que el enfrentamiento a tiros fue a corta distancia, increíblemente ellos salieron ilesos. La mujer relató a ABC Cardinal que en más de una ocasión su esposo ya le había advertido que en casos de enfrentamiento debía tirarse al piso, como mecanismo de defensa, y esta vez fue la primera en que tuvieron que hacerlo.
"Veníamos de una despensa y ahí ya nos acorralaron; yo me tiré al suelo, no sé que pasó (...) Ya empezó la balacera. Yo escuché (de un delincuente): ‘Tu celular, tu celular’ y disparó directamente; ni tiempo nos dio de entregar”, rememoró la víctima sobre el episodio registrado el domingo.
Recordó que esa noche habían ido a una despensa cercana a recargar saldo para sus líneas pero no llevaron sus teléfonos y cuando estaban de regreso los interceptaron cuatro hombres que se desplazaban en dos motocicletas. Uno de ellos bajó con arma en mano e intentó asaltarlos mientras los demás lo animaban a disparar.
“Mi esposo disparó y no sabíamos si le acertó o no; le encontramos a media cuadra al chico”, expuso y aún asombrada exclamó: “Nadie va a creer que fue frente a frente (el tiroteo) y no nos tocó ninguna bala”. El militar fue armado a la despensa, pese a que ella se opuso. “Yo no quería que llevara, tengo miedo de eso (el arma), pero dijo 'vamos a llevar por si acaso'”, decisión que terminó salvándoles de un desenlace trágico.
Tras lo sucedido, analizan la posibilidad de mudarse, por temor a represalias de los cómplices que lograron escapar, aunque reconoció que no quiere dejar su casa que consiguieron con tanto esfuerzo. “No se respeta el trabajo del uniformado, perdimos tanto respeto, vivimos como en el lejano oeste últimamente; hay que reforzar más las comisarías”, reflexionó.