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La Agrupación Campesina Armada (ACA), uno de los dos grupos criminales que opera con fuerza en la zona norte del país, ha sufrido en los últimos meses considerables bajas en sus filas, por lo que sus fuerzas se han visto reducidas considerablemente.
Esta banda había sido “fundada” por los hermanos Albino Jara Larrea, alias “Comandante Milciades León”, y Alfredo Jara Larrea, alias “subcomandante José Villaverde”, tras desprenderse del autodenominado Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP). La división se habría dado luego de una fuerte pelea entre las células que formaban parte del grupo criminal.
Las bajas y detención de varios de sus miembros, entre ellos de uno de sus mismos fundadores, fue disminuyendo las fuerzas del grupo en los últimos meses. El último en caer fue Rudy Ruiz Sosa, alias “Sargento Mango”, quien fue abatido el jueves durante un enfrentamiento con la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC) en la localidad de Tacuara, distrito de Horqueta. A Ruiz Sosa se le atribuía el asesinato de militares ocurrido el 8 de diciembre de 2013 y otros hechos criminales vinculados a ambos grupos criminales.
Como consecuencia de la reducción considerable de sus fuerzas, la ACA habría decido volver a acercarse al EPP y ya habrían realizado algunos golpes de manera colaborativa. Esta información surgida ya hace tiempo, tiene a confirmarse con el hallazgo de nuevas evidencias que eran portadas por el abatido Ruiz Sosa. Así lo señaló el fiscal Joel Cazal, durante una conferencia de prensa realizada este jueves.
Cazal relató que durante los procedimientos se encontraron en poder del fallecido gran cantidad de proyectiles de diversos calibres, una notebook que será sometida a análisis para determinar si guarda información que podría ser útil, un teléfono celular, dinero en efectivo que totalizaba G. 720.000, un dispositivo detonador para bombas caseras como las que acostumbra utilizar el grupo criminal, un cuaderno con inscripciones hechas a mano y dos libros, uno de tinte religioso y escrito por el padre Pablo Cáceres, vicario de la diócesis de Concepción; y un manual del EPP.
Cazal reconoció que era llamativo encontrar una vez más el libro de Cáceres y el manual del EPP en poder de uno de los miembros de la ACA. “Va a ser analizado por la gente de inteligencia de la FTC, van a estar trabajando sobre todos los materiales que fueron encontrados en esta ocasión y en ocasiones anteriores, ya que se están repitiendo”, afirmó durante su conferencia de prensa.
“Encontramos un libro del EPP, nosotros tenemos informaciones de que hay una vinculación directa ya del grupo armado EPP con esta gente. Va a ser analizado y vamos a estar viendo la forma después para pasar a la opinión pública”, señaló enseguida.
De hecho, la hermana del abatido Ruiz Sosa había asegurado en horas de la mañana de este jueves que ambos grupos operaban en conjunto. “Prácticamente es un hecho”, manifestó Cazal en ese sentido. Reconoció que si bien aún no se cuentan con las evidencias necesarias, esta información tiende a confirmarse, puesto que además de las declaraciones de la mujer, están las evidencias, algunas anotaciones, libros y datos que desde hace tiempo son proveídos por Inteligencia. “Antisecuestro ya nos había advertido que esto podría haber pasado”, aseveró.
En otro momento, recordó que el Ministerio Público y la FTC están en condiciones de dar las garantías necesarias para aquellos miembros de los grupos criminales que decidan entregarse. “Pero si no lo hacen y se resisten, también la fuerza pública va a tener que utilizar todos los medios necesarios para reducirlos y ponerlos ante la justicia. Lastimosamente no se puede con todos dialogar, pero se va a poner siempre la plena disposición para que esto haya, van a tener un juicio político y se le van a dar las garantías para que lleguen ante el juzgado”, sentenció.