Entre narcopolítica y muerte

Además del asesinato del periodista de ABC Color Pablo Medina y de Antonia Almada, el exintendente colorado de Ypejhú, Vilmar “Neneco” Acosta Marques, tiene una marcada relación con la narcopolítca que dejó en los últimos años otras muertes por aclarar.

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El año 2009 es el inicio del romance entre el narcotráfico y la política en forma directa en Canindeyú. De la mano del Partido Colorado (ANR), Vilmar “Neneco” Acosta se candidata a intendente de Ypejhú y llega a ser jefe comunal en 2010. Su campaña política ya implicó turbulencias criminales, que fueron marcando poco a poco su camino en la narcopolítica en base a dinero, miedo y mucha muerte.

Parecido a los grupos narcos de México, los Acosta Marques tenían enemigos con quienes disputaban zonas de poder. El principal rival en Canindeyú fue el grupo liderado por los hermanos Giménez Suárez. El 27 diciembre de 2009 se registró el hecho de sangre que abrió definitivamente la guerra entre ambas facciones; ese día fue acribillado Ramón Giménez Suarez, hermano menor de Marcial e Ismael Giménez Suárez. Junto a él fueron muertos Marcos José Pereira y Carmelo Ayala, también supuestos narcos.

La policía y los investigadores vincularon desde un primer momento en este triple homicidio a Wilson Acosta Marques, hermano de “Neneco”. Las evidencias encontradas y el relato de testigos y también algunos de los primeros detenidos en las investigaciones coincidían en que Wilson Acosta Marques tuvo directa participación en el crimen.

La guerra quedó declarada y era cuestión de tiempo la reacción. El 12 de octubre de 2010, tres matones supuestamente al servicio de los hermanos Marcial e Ismael Giménez Suárez, asesinaron en un ataque a Víctor y Elio Acosta Marques, hermanos menores de Vilmar. A partir de entonces, una seguidilla de asesinatos sacudió Ypejhú y otras zonas aledañas.

Todos estos acontecimientos se iban publicando en ABC Color gracias al trabajo de Pablo Medina, corresponsal de la zona. Las publicaciones de Medina empezaban a inquietar a Vilmar, que asumió como intendente al siguiente año. Es decir, 2011. Sin embargo, Vilmar hizo su primera amenaza a Pablo Medina siendo aún candidato.

En octubre de 2010 fue detenido en Paranhos, Brasil, Wilson Acosta Marques, hermano de Vilmar, por portación ilegal de armas. La policía brasileña también lo investigaba por vínculos con el narcotráfico y además el mismo tenía orden de detención en su contra en nuestro país por el triple homicidio en el que perdió la vida el menor de los hermanos Giménez Suárez.

En 2010, como resultado de la guerra entra los grupos narcos, fueron asesinados además Francisco Félix Escobar, supuesto “guardia” de seguridad de los hermanos Acosta Marques. También aparece como víctima fatal César Luis Benítez, a quién lo encontraron degollado y con varios disparos de arma de fuego encima. Supuestamente, Benítez era “encargado” de una vivienda propiedad de los hermanos hermanos Dionisio y Tomás Gallardo, supuestos sicarios que trabajaban en ese entonces para los hermanos Giménez Suárez.

Ninguno de estos asesinatos fue aclarado hasta hoy por las autoridades. Pero cada uno de los casos fue publicado por Pablo Medina.

El golpe más duro quizás contra “Neneco” Acosta se registró el 17 de febrero de 2011, cuando él y su padre, Vidal Acosta, fueron detenidos luego de que se encontraran cabellos y cuero cabelludo de seres humanos enterrados la vivienda de Vidal Acosta, ubicada en el barrio Virgen de Fátima de Ypejhú. Al día siguiente, en una enorme fosa que ordenó hacer la fiscalía, se encontraron además huesos humanos. En un primer momento, tanto Vilmar –en ese entonces, intendente de Ypejhú- como su padre fueron derivados a la Penitenciaría de Coronel Oviedo.

La medida fue confirmada por el Tribunal de Alzada de Salto del Guairá, que sin embargo, semanas después decidió liberar a ambos. El 11 de marzo del mismo año, Neneco logró su libertad condicional.

Para ese entonces, Vilmar Acosta dejó el castiglionismo y pasó a las carpas coloradas de Horacio Cartes. El año 2012 recibió a Ypejhú con más violencia. El 01 de enero, Secundina Martínez Vallejos, vecina de lugar, fue acribillada frente a sus hijos en la vereda de su casa. Los sicarios –supuestamente vinculados a los Acosta Marques- llegaron en una motocicleta hasta la vivienda de la mujer y le dispararon sin mediar palabras. Nuevamente, el caso fue publicado por Pablo Medina.

La noche del 1 de agosto de 2014, el exintendente de Ypejhú, el colorado Julián Núñez Benítez, fue ejecutado en pleno centro de la ciudad. Núñez Benítez -acérrimo rival de Neneco en la ciudad- salía de su facultad de contabilidad y se dirigía, montado en su moto, a su domicilio. Pero en el camino fue interceptado por dos personas -que también circulaban sobre motos- y sin mediar palabras, lo dispararon con una escopa del mismo calibre que se utilizó para matar a Medina. El exjefe comunal cayó al suelo y la fiscalía ordenó el levantamiento del cadáver cinco después del suceso. Decenas de vecinos vieron lo ocurrido, para en la causa, no hubo ningún testigo oficial.  

Las investigaciones de este caso también apuntaron a Wilson Acosta Marques y su hijo Gustavo Acosta Gadea, supuestamente, siempre por orden de Vilmar. Julián Núñez tuvo la mala idea de volver a candidatarse para ser intendente de Ypejhú y Neneco veía en él una potencial amenaza a sus pretensiones políticas de seguir en su cargo. 

Absolutamente todas estas muertes tienen vinculación directa con el clan de los Acosta Marques, que envolvió de miedo y tiñó de rojo la zona de Ypejhú en su guerra por el control del tráfico de marihuana y drogas para el Brasil. Tanto los asesinatos como la guerra narco en Canindeyú tuvo el acompañamiento y seguimiento periodístico de Pablo Medina. Lo que no tuvieron ni los asesinatos ni esta guerra del narcotráfico fue el apoyo ni el seguimiento de la justicia.

Finalmente, el 16 de octubre de 2014, hubo otro crimen en la zona vinculado con los narcos. Sucedió en un alejado camino del distrito de Villa Ygatimí, cuando sicarios al servicio presuntamente de Vilmar Acosta interceptaron una camioneta y rociaron a balazos el vehículo para luego darse a la fuga. Así mataron al corresponsal de ABC Color Pablo Medina; y a la joven Antonia Almada.

Fue el único crimen en los últimos años en la zona que no tuvo la cobertura de Pablo. 

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