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Francisco Segundo, ciudadano brasileño de la zona de Mato Grosso Do Sul era uno de los pasajeros de Sueño del Pantanal, y ayer hasta antes de la tormenta, esperaba tocar tierra firme para disfrutar de un asado que el dueño de la embarcación, Luis Penayo -quien sigue desaparecido-, les iba a ofrecer a los turistas.
Francisco, ya en la delegación y con ropa prestada, relató que todo comenzó alrededor de las 16:45 de ayer, cuando estaban a unos 50 metros de llegar al puerto y comenzó a soplar un fuerte ventarrón que hizo volar dos bolsas cargadas con basuras al agua, lo que motivó que dos tripulantes bajaron en pequeñas embarcaciones para recoger los residuos.
Mientras los dos tripulantes trataban de juntar la basura que había caído, otro ventarrón arremetió contra la embarcación, rompiendo los vidrios y causando el vuelco del barco.
“Fue desesperante. Todo comenzó a caer y romperse, había gente que estaba en los cuartos (...), tratábamos de atajarnos de donde se podía”, dijo a Segundo a la radio local Nativa Fm.
“Tratábamos de salvarnos, esperar que la corriente se calme un poco para poder comenzar a nadar hasta el margen”, rememoró, y resaltó que las olas que se formaron tenían hasta dos metros de altura.
En medio de la desesperación, Francisco observó una de las pequeñas embarcaciones que habían bajado al agua para recoger la basura y el capitán del barco comenzó a rescatar a quienes podía y los llevaba hasta tierra firme.
“Vimos el barco hundiéndose”, dijo. Él y los demás pasajeros perdieron en el naufragio todos sus documentos y pertenencias que habían llevado para el viaje. Francisco aguarda a sus familiares que están viajando desde Mato Grosso a Paraná.
Para Francisco, sobrevivir al naufragio fue un milagro. “Solo Dios pudo salvarnos, de la forma en que ocurrió, solo Dios pudo salvarnos. Yo estaba usando mi medalla de la suerte”, dijo sujetando el amuleto.
Entrevista: Gentileza, JR Radio Nativa FM.