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Durante una visita a los estudios de radio ABC Cardinal, Agustín Encina se refirió a las paradas obligatorias, que se implementan desde hace casi un año en las principales avenidas y rutas de Asunción y el área metropolitana.
Reconoció que son constantes las quejas de usuarios por la distancia entre cada estación dispuesta y mencionó que inclusive los pasajeros recurren a montar paradas ilegales para tratar de confundir a los choferes del transporte público y lograr que se detengan en los lugares que les resulten más "cómodos". “Hemos detectado paradas obligatorias mau, instaladas por vecinos; son igualitas a las que instalamos”, refirió.
Mencionó que en ciertas ocasiones inclusive se instalan carteles precarios, con terciadas y otros materiales alternativos, para engañar a los conductores y lograr que paren en puntos no habilitados.
El subsecretario de Estado lamentó que sean las mismas comisiones vecinales las que estén detrás de esta irregularidad. “Finalmente perjudican a todo el resto de la población, porque finalmente se tiene una frecuencia totalmente desfasada; los buses llegan de manera atrasada por este tipo de circunstancias”, argumentó.
Aclaró que ya intervinieron y desmantelaron varias paradas mau; sin embargo no pudieron dar con los responsables directos. “Lastimosamente... Esto se hace en horario nocturno; no se tienen informaciones sobre quién los coloca”, manifestó.
Citó casos específicos detectados en la zona de Remanso, Mariano Roque Alonso. “En Remanso colocaron tres paradas obligatorias; inclusive una está bajo el viaducto que se está construyendo”, detalló.
Encina comentó que el nivel de confusión que se provoca llega a tal punto que reciben quejas de otros pasajeros que aparentemente de manera “inocente” se instalan en estas paradas ilegales y finalmente los choferes los ignoran y no detienen la marcha.
Sobre la causa de todo este drama -el descontento de los usuarios con la distancia entre paradas-, el viceministro insistió en que se trata de unos pocos metros, en comparación con estaciones que se manejan en otros países. “En Buenos Aires se camina 1.300 metros; nosotros acá tenemos 650 metros...”, refirió.
Insistió en que las comisiones vecinales responsables de estas irregularidades no solo están malgastando dinero de los lugareños, sino que además afectan el servicio en general por una “comodidad adicional” de unos pocos.