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Aguirre defendió este lunes los procesos de licitación dentro del ente que favorecieron a Omar Jaén Bohorques, estrechamente vinculado a Gerónimo Juan Viveros Osnaghi, subdirector financiero de la aeronáutica civil, primo del presidente de la República, Horacio Cartes, y socio comercial del ministro Juan Carlos López Moreira, que es además uno de los gerentes del grupo Cartes.
Inclusive, Contrataciones Públicas dijo que había irregularidades en los procesos de licitaciones que se llamaron, adjudicaron y pagaron dentro de un mismo día. Sin embargo, Aguirre atribuyó esto a una mera “guerra empresarial” y dijo que tiene “fotos de una periodista” conversando con empresarios de una de las firmas que perdieron licitaciones.
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Consultado sobre la adjudicación en sí y no sobre el trabajo periodístico de consultar a todas las partes implicadas, aseguró que los procesos licitatorios están “controlados” en la Dinac y que los archivos están abiertos para el control.
“Todo el sistema de compras está controlado (...) Sé que hubo ataques con relación a otras compras y estábamos en medio de una guerra comercial”, sentenció Aguirre, quien pidió que se vea “el marco mayor” y lamentó que recibió “un tiroteo muy pesado sobre el tema”.
La Asesoría Jurídica de la Dirección Nacional de Contrataciones Públicas anunció la apertura de la investigación ante las groseras irregularidades que fueron cometidas en varias de las licitaciones dentro de Dinac. Estas fueron pago de sobornos, aprietes, denuncias de coimas, sobrefacturaciones, simulación de competencia y lesión al patrimonio del Estado.
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Hasta el momento se identificó seis empresas ligadas al cartismo que vendieron alrededor de US$ 36 millones al Estado paraguayo, la mayoría a la Dinac y a las FF.AA. Una del grupo está acusada de haber dado cheques a Gerónimo Juan Viveros Osnaghi. La mayoría de las empresas eran inhabilitadas repetidamente, pero seguían vendiendo al Estado.
El titular de Dinac también confirmó que una empresa argentina pretende instalar dentro del predio del Silvio Pettirossi una procesadora de desechos tóxicos o material desechable biológico que se junta en los aviones.
“Es la propuesta de una empresa argentina para poder eliminar lo que es la basura tóxica. Tiene una forma especial de eliminación. Supongamos que en un avión venga alguien con algún tipo de enfermedad, entonces los desechos no pueden ser arrojados como basura común”, expresó.
El acuerdo aún no está cerrado, aunque remarcó la buena experiencia en los aeropuertos de Ezeiza y Aeroparque, en Argentina. “Si es que se llega a firmar el acuerdo tiene que tener estudio de impacto ambiental”, concluyó.