“Mi hija vino a dar vida”

Analía Etcheverry es la madre de Ailana Thais Etcheverry Florentín, la niñita que regaló su corazón a Josías. Ella, en medio de su dolor, expresa que su deseo era que el corazoncito de su hija latiera en Josías, y eso se cumplió.

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Una semana después de cumplir un año de edad, la pequeña Ailana cayó enferma luego de ser afectada por una bacteria denominada estafilococos aureus, muy común en el ambiente.

“Mi hija es una niña muy sana, nunca se enfermó, pero el 8 de marzo ingresó a terapia intensiva en La Costa. Allí me dijeron que la bacteria estafilococos aureus le infectó la sangre y le causó septicemia. Una bacteria que tenemos todos en la sangre encontró un lugar con bajas defensas en el codo y comenzó allí. Ella cumplió un añito y una semana”, comentó Analía.

Después de esa internación, la pequeña Ailana comenzó una tenaz lucha por su vida. Había días en que se recuperaba y mostraba una evolución favorable y otros días, volvía a recaer. Su pelea por continuar en este mundo duró 45 días en total.

El 22 de abril, llegó la noticia que los padres más temían: Ailana fue diagnosticada con muerte cerebral; la bacteria se extendió por todo su cuerpo y afectó el principal órgano.

En medio del dolor y desconsuelo de los familiares -era la única hija de Analía-, la madre vio una luz, una esperanza y un consuelo.

En una de sus visitas al Hospital Central de IPS, Analía comentó que conoció a la mamá de Josías Britos, otro pequeño que luchaba por su vida. Allí se enteró que el pequeño necesitaba un donante de corazón.

“Yo le conocí a la mamá de Josías en IPS porque ambas retirabamos alimentación parenteral y le vi muy mal; las dos estábamos en un estado dependiendo de Dios, estaba muy mal, conversamos y después ya no me fui más”, relató.

Pero esa conversación fue suficiente para Analía. Llegó el 22 de abril y el diagnóstico que no esperaban, pero la mamá de oro decidió que su hija debía cumplir con su objetivo, que era el de dar vida a otros niños.

“Una vez que me djieron que mi hija ya tenía muerte cerebral, decidí donarle a Josías, pero dependía de muchas cosas, y coincidió todo el tipo de sangre, peso, edad, y el lunes le extrajeron el corazón a mi hija”, comentó con una fortaleza inesperada que trasmitía a través del teléfono.

Así, ella permitió que su hija cumpliera su objetivo dar una segunda oportunidad a Josías y otros niños, porque además del corazón, también fueron donados sus riñones y las córneas.

“Mi hija fue muy feliz el año que vivió; era una nena muy sana y fuerte y cumplió su misión en la tierra porque vino a dar vida a otros niños y le insto a otras madres que están en esta situación a donar los órganos porque eso te da un consuelo. Un pedacito de mi hija va a vivir en cada niño que se va a trasplantar porque yo doné sus dos riñones y sus corneas”, expresó.

Analía Etcheverry perdió una hija, pero no las esperanzas. La madre demostró que es posible ayudar a otras personas en medio del dolor de cada uno.

Ahora, ella espera recibir un poco de apoyo para saldar la deuda que contrajo con el Centro Médico La Costa, donde su hija estuvo internada. El alto costo del servicio hizo que los abuelos de Ailana se endeudaran y ahora deben saldar dicha deuda.

La cuenta habilitada para aquellas personas que deseen apoyarla es en el Banco Continental Nº 14-0806981-08 a nombre de Ailana Etcheverry.

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