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Tras siete meses de dilación, Fernando Lugo finalmente se presentó ante el Registro Civil a través de su representante para otorgar su apellido al hijo de Narcisa de la Cruz.
Se trata del segundo niño fruto de relaciones sentimentales del expresidente durante su época de obispo.
El trámite se debía cumplir en la oficina registral Nº 36, donde se presentaron algunos inconvenientes en el papeleo.
El profesional presentó un poder por el cual Lugo le dio atribuciones para realizar las gestiones; sin embargo, le exigieron la fotocopia de cédula del exmandatario.
Fariña se excusó y señaló que tal documento no era necesario, ya que la firma estampada en el poder que poseía estaba debidamente autenticada.
La oficial de Registro Civil le comunicó que se requiere de la copia de la cédula de Lugo, a fin de constatar la coincidencia de los datos.
El abogado indicó que se trata de una maniobra de la institución para dilatar el proceso.
“No nos vamos prestar a una situación como ésta. En la oficina dicen que no saben si el número de cédula del poder corresponde a Lugo”, refirió.
Aclaró que no pudo hablar con el titular de Registro Civil, Néstor Stellato Mojoli, por lo que finalmente se retiró de las oficinas.
En la ocasión, Fariña ratificó que en ningún momento el exobispo intentó evadir su responsabilidad y dilatar el reconocimiento de su segundo hijo.
Respecto al motivo por el cual su cliente no se presentó personalmente, el abogado indicó que es atribución de todo ciudadano designar a sus representantes legales.
“Eso está establecido en el Código Civil y fue una decisión personal suya”, aseveró.
En junio del año pasado, Lugo prometió que reconocería a su hijo, sin embargo recién este año está dispuesto a cumplir con su palabra.
Su abogado asegura que es el Registro Civil el que dilató el proceso e incluso generó una confusión, al anular incluso el apellido de la madre, Narcisa de la Cruz.
Momentos antes de la presentación de Fariña, Narcisa de la Cruz cumplió con el trámite de otorgar su apellido a su hijo, luego de anularse el acta de nacimiento inicial por orden de la jueza Gloria Benítez.
De esta manera, el niño permanece con el apellido materno mientras se aguarda el retorno de Lugo, esta vez ya con todos los documentos necesarios.