Los perros y la pirotecnia

Numerosas familias cuentan con una o más mascotas en la casa, que en su mayoría son perros. Los caninos, principalmente, en cada Navidad y Año Nuevo, sufren bastante con el estallido de los petardos. Aquí se citan algunos cuidados para estas fiestas.

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El oído de los perros puede captar sonidos cuatro veces más que el ser humano y el gato tres veces más que el perro, es decir, siete veces más que el hombre. Numerosas familias cuentan con estos animales en sus casas como un integrante más y cada año, en esta época, especialmente, los perros sufren considerablemente por los estruendos. 

Cada Navidad y Año Nuevo es todo un drama para los caninos, que desde tempranas horas del 24 y 31 de diciembre son víctimas de los petardos porque no entienden lo que está ocurriendo a su alrededor y estos estruendos les provocan ansiedad, miedo, angustia y pánico.

Además de ese temor, la frecuencia cardíaca de los mismos va en aumento, jadean sobremanera, también su producción de saliva se incrementa, tienen temblores, sacudidas y, por sobre todo, náuseas. Con esta sensación, intentan escapar a cualquier parte, procuran esconderse; incluso se vuelven agresivos hasta con los dueños, a los que pueden morder cuando traten de ayudarlos.

La fuerza de explosión o los decibeles de los petardos les lastima bastante, provocándoles en ocasiones algunas lesiones permanentes. De esta manera, y a modo de ejemplo, una bomba mediana tiene 190 dB (decibeles); una sirena, 120 dB; siendo que el oído del perro soporta 85 dB.

Como una de las medidas se les debe colocar collares con los nombres de los dueños y un número de teléfono, para que en caso de extravío se pueda notificar a los propietarios. Para la cuestión de los estallidos, cubrir sus oídos con algodón; tenerlos en una pieza cerrada con música o radio prendida a buen volumen, sin que haya en la pieza elementos contra los que pueda lastimarse

También, cuidar a las criaturas y personas extrañas, dado que cuando entran en pánico los animales pueden reaccionar; consultar con un veterinario sobre medicamentos sedantes. Recordar que lo que nosotros consumimos son para uso humano, no para perros. y puede hacerles daño.

Los animales sufren este tipo de terror a los fuegos artificiales porque tienen especial sensibilidad en las regiones posteriores de su cuerpo, en las patas y en las orejas. Por lo tanto, si atamos un paño alrededor del cuerpo, estimulando la circulación sanguínea en las regiones extremas, se puede aliviar la tensión y la irritabilidad. El pañuelo debe cubrir el pecho y la espalda, formando un ocho sobre su cuerpo y luego terminar en un nudo en la espalda, pero asegurándose de que no se encuentre justo sobre la columna.

Recopilación del Dr. José Mayans

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