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Aunque hoy se llamó a sí mismo “pelele económico”, Amarilla, que siempre se desempeñó en la función pública, llegó a forjar una fortuna, consistente en varias propiedades y vehículos lujosos. Ayer, de vuelta, saltó a la luz al aparecer vinculado a un intento de "desinflar" publicaciones periodísticas que denunciaban un intento de negociado con el servicio de seguridad privada en el Instituto de Previsión Social.
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Se inició en cargos en la Universidad Nacional de Asunción (UNA), que prontamente se volvió uno de sus feudos que le ayudaron a ascender políticamente dentro del movimiento Equipo Joven (llanismo) del Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA), ocupando luego la diputación y ahora la senaduría.
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Pese a lo inexplicable de su "bonanza", que consta por ejemplo de propiedades valuadas en US$ 300.000 y vehículos por G. 706 millones, esto nunca despertó una investigación formal, ya que su esposa, Analy Valiente, era hasta hace poco directora de Declaraciones Juradas de la Contraloría.
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De hecho, uno de los antecedentes recientes de Amarilla "abogando" por un amigo es el caso del excontralor Enrique García, en que intentó -infructuosamente- evitar su destitución por juicio político.
Amarilla fue uno de los legisladores que se reunieron en la residencia de la senadora Zulma Gómez con el entonces enjuiciado políticamente García, horas antes de que se defina sus suerte. El excontralor terminó renunciando minutos antes de que se definiera su destitución.
La relación de Amarilla con Óscar Chamorro Lafarja, responsable de la empresa Service Security Tecnology (SST), vinculada a una cuestionada licitación en el Instituto de Previsión Social y el intento de soborno a un periodista para frenar las publicaciones, data de unos 20 años -según admitió el mismo legislador-. En un espacio reservado publicado hoy en ABC Color, Chamorro Lafarja admite que es abogado de SST.
En 2016, cuando Amarilla era diputado, realizó al menos tres pedidos de informes (a IPS, Contrataciones Públicas y el Ministerio del Trabajo) contra la empresa Tapití, principal competidora de la firma a la que está vinculado su amigo Chamorro Lafarja.