Los cementerios de la ANDE

La ANDE tiene 27 depósitos de transformadores parecidos al que se incendió hace una semana en San Lorenzo, en los que tampoco existe un sistema para discriminar los transformadores que contienen aceites tóxicos.

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El incendio en la subestación de la ANDE en San Lorenzo sigue destapando datos relevadores sobre el manejo que venía teniendo esta institución con respecto a sus desechos tóxicos, específicamente, en lo concerniente a los transformadores. Una semana después de lo sucedido en la subestación de Laurelty, en donde el “cementerio” de transformadores de la ANDE fue consumido por las llamas, autoridades de esta institución brindaron ayer una conferencia de prensa -de la que participaron otras instituciones- para explicar los procedimientos que están desarrollando a partir de este caso.

El propio Víctor Raúl Romero, presidente del ente, confirmó que actualmente la ANDE tiene al menos 27 depósitos parecidos a los de San Lorenzo, distribuidos en todo el país (2 en el área metropolitana y el resto en el interior), en donde guardan los transformadores que ya no usan, por diversos motivos. Señaló que generalmente, los transformadores dejan de usarse por averías o problemas técnicos y son reemplazados. Explicó que también en las agencias regionales se guardan transformadores, pero de manera temporal, hasta que son llevados a los depósitos habilitados. De estos lugares, finalmente los transformadores son derivados hasta el local de San Lorenzo, en donde la semana pasada se registró el siniestro.

Sin embargo, la ANDE, recién desde 2014 empezó a realizar un inventario sobre productos tóxicos. En este sentido, la entidad encontró que de 6.700 transformadores que estaban en el depósito incendiado de Laurelty, 400 contenían askarel, un producto muy tóxico y cuya utilización está prohibida hace años. Sin embargo, debido a que en el lugar había transformadores antiguos y no existió una discriminación para separar de los nuevos, el incendio pudo haber afectado a los equipos obsoletos pero con el aceite altamente tóxico.

Esta misma situación se presenta en los 27 depósitos que tiene la ANDE que se encuentran en todo el país. La entidad no cuenta con un sistema de control o selección para separar los transformadores que contienen askarel de los que no tienen. Según informó Romero, el ente energético registra un promedio de 3.000 transformadores averiados por año, que son depositados en los “cementerios” regionales. Actualmente, la entidad tiene unos 78.000 transformadores numerados, de los cuales 50.000 están siendo utilizados en diversos sectores y el resto, unos 28.000, están tirados en depósitos de las regionales, de acuerdo con un informe de la institución.

Para Romero, la ANDE no tendría que tener esta cantidad de transformadores en depósitos, pero recién ahora están trabajando en un sistema para que los transformadores se lleven a subasta pública, una vez que se comprueben y se certifiquen que no tienen el aceite tóxico. “La verdad, ANDE no tendría que tener tantos transformadores en sus depósitos, pero estamos haciendo los trabajos necesarios para subastar estos productos que ya no sirven y que puedan servir para otras cosas, siempre cuidando de que no contengan sustancias tóxicas” refirió el titular de la entidad.

El Doctor Raúl Latorre, representante del Ministerio de Salud Pública que participó de la conferencia, refirió que el askarel es un elemento muy tóxico para la salud humana y que requiere de un tratamento adecuado, en caso de confirmarse haber tenido un contacto directo o por inhalación, dependiendo del tiempo que la persona estuvo expuesta. Según el dato brindado por Latorre, al menos 136 casos de personas sospechosas con síntomas de haber sido afectadas por el askarel se encontraron en la zona de donde ocurrió el incendio.

Michael Bay, director de las cuatro películas de los “Transformers”, envidiaría el escenario que se formó en el depósito de los 20.000 transformadores tirados que creó la ANDE en Laguna Grande, Laurelty, en San Lorenzo. Tras el incendio, el lugar quedó hecho un verdadero “cementerio”, que actualmente está lacrado y el ingreso al establecimiento está prohibido por la Secretaría del Ambiente (SEAM) y por los técnicos de la ANDE. Miles de transformadores, con sus accesorios, están tirados en el lugar, semiquemados, mientras cientos de funcionarios de la entidad siguen trabajando en la zona sin mayores sistemas de seguridad, algo que inquieta a muchos de ellos.

Mientras tanto, los vecinos de la zona también se muestran preocupados por lo que puede pasar a partir de ahora. Indicaron que muchos no sabían lo que realmente estaba pasando en el lugar y que ni se imaginaban que el lugar era “vertedero” de productos tóxicos. Muchos quieren que los transformadores sean llevados a lugares menos urbanos.  

Para la SEAM, la solución no pasa por cambiar de lugar el depósito de estos transformadores. “Lo que se tiene que hacer ahora es tomar los procedimientos adecuados que estipula el protocolo de Estocolmo para tratar este tipo de tratamientos, y llegar a su destrucción total si es posible en el lugar” indicó Gustavo Rodríguez, representante de dicha Secretaría. Para la Secretaría del Ambiente, a partir de ahora la ANDE debe establecer un protocolo de manejo de estos equipos, para evitar en lo posible accidentes de este tipo, que según el titular de la ANDE, es "preocupante y delicado". 

La próxima semana llega al país el experto en medioambiente contratado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para hacer análisis de la situación, empezar con algunos trabajos con respecto a la prevención de accidentes y sobre todo planificar un sistema de trabajo que apunte a tener, por primera vez, un sistema de eliminación de equipos con productos tóxicos para la ANDE. 

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