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Finalmente Livieres Plano habló luego de permanecer en silencio desde que los enviados del papa Francisco dejaron el país, tras una intervención a fines de julio. La decisión inmediata tras esta visita, fue la suspensión de las ordenaciones sacerdotales y diaconales de unos 200 estudiantes del Seminario de Ciudad del Este.
“El mundo sufre una desacralización y en nuestro país esto tiene forma de Teología de la Liberación. La comunión en la Iglesia debe buscarse y hallarse en la Eucaristía, único y verdadero signo de unidad”, manifiesta Livieres Plano en la primera parte de la misiva dirigida a toda la Iglesia de nuestro país. El religioso siempre se ha mostrado en contra de “la teología de la liberación”, que según él, se enseña en los seminarios de Asunción.
Dijo también en muchas ocasiones, que los “exponentes” de estas ideas son el exobispo Fernando Lugo, y el actual arzobispo de Asunción, Pastor Cuquejo, con quien públicamente ha tenido desencuentros. De hecho, Livieres Plano ha acusado a Cuquejo de homosexual, en un intento por defender a uno de los miembros de su diócesis, el sacerdote Carlos Urrutigoity, sospechoso de haber cometido abuso sexual y pedofilia.
“Ideas y percepciones que lograron alterar el paradigma original de la relación del hombre con Dios, que era de filial correspondencia. Pretendida sustitución de lo sobrenatural por lo natural, de la verdad que nos hace libres por una falsa liberación socioeconómica”, continúa diciendo en la carta abierta.
Livieres Plano recuerda en una parte de la carta la crisis que atraviesa la Iglesia del Paraguay, la cual tiene que ver con el enfrentamiento con Cuquejo. “Ahora, después de años de constantes insinuaciones, la crisis (los problemas) en la Iglesia se hacen más visibles”, reconoce el religioso.
Para él, se trata de una “crisis (problemas) que no podrá resolverse a través de un consenso generalizado sobre un cúmulo de ideas, nacidas justamente en un ámbito de creciente pérdida de respeto a lo más sagrado”. Estas “ideas” corresponderían a la “teología de la liberación” que tanto critica.
“Dejemos de maltratar a Dios en nuestra propia Iglesia. Tenemos que advertir sobre las graves consecuencias de recibir la Eucaristía en situaciones de inmoralidad o en la mano, propiciando el robo del Santo de los Santos”, concluye la misiva del polémico sacerdote.