Cargando...
Las imágenes ponen al descubierto la velocidad imprudente con la cual circulaba el transportista Diego Arturo Suárez Martínez, por la calle Nuestra Señora de la Asunción. Al llegar a la intersección con Humaitá, se observa que no intentó disminuir la velocidad o frenar, pese a que no tenía paso preferencial. Además, había un cartel de "Pare" que el conductor de la Línea 12 no tuvo en cuenta.
Como consecuencia del brutal impacto, el conductor sufrió una terrible muerte al ser decapitado por el roce entre los colectivos. También una niña de dos años, pasajera junto a su papá de la línea 20, falleció.
El bus de la línea 12 tuvo que modificar su itinerario debido a los trabajos de repavimentación de la calle Presidente Franco, por donde usualmente circula. El accidente causó una serie de embotellamientos en calles aledañas.
"En esa esquina la preferencia de circulación la tienen los vehículos que circulan por Humaitá, teniendo en cuenta que incluso hay un cartel de pare en la esquina para los que circulan por Nuestra Señora de la Asunción", indicó Luis María Pereira, director de Tránsito de la Municipalidad de Asunción confirmando la responsabilidad del conductor fallecido.
La alta velocidad con la que veía la línea 20 también fue un factor agravante, pero no mayor que la irresponsabilidad de no respetar la preferencia por parte del conductor de la línea 12.
"En realidad en este caso no tenemos elementos para probar la velocidad en la que venía, pero de hecho la velocidad suma como una infracción en este caso. Aún así esto podría haber pasado como una falta de cumplimiento del reglamento si el otro ómnibus respetaba el cartel de pare", remarcó a la vez de recordar que las velocidades máximas permitidas son de 50 km/h, y hasta 60Km/h en caso de las avenidas.
También dijeron que la distracción es un factor determinante en la mayoría de los casos, sobre todo el hecho de tener que cobrar. En ese sentido afirmó que esperan que eso al menos se elimine con la implementación del billetaje electrónico.
César Ruiz Díaz, titular de Cetrapam, dijo que este accidente "lamentable desde donde se lo mire" no tiene otro motivo que la "imprudencia o impericia" de uno o ambos de los conductores y que hay que trabajar más en la capacitación y concienciación de los empleados.
"Accidentes de esta naturaleza con este tipo de resultados son productos de imprudencia e impericia, serían los factores determinantes y ¿cómo se combate eso?, concienciando y capacitando a la gente que transporta lo más importante, la vida humana", afirmó.
Dijo que así como hay empresas que respetan el horario máximo de trabajo hay aún otras que no. Esto afecta principalmente a la paciencia de los choferes que debe de hacer de todo, no solo manejar.
"Existirán empresas que funcionan bien, que han capacitado a su personal, que han entendido que hacer trabajar las horas legales es beneficioso en costos. Un chofer que trabaja más de 8 a 10 horas en el volante, no nos olvidemos que cobra el pasaje, escucha el timbre, abre y cierra las puertas y soportando todo tipo de situaciones en un tráfico carente de educación vial, entonces cuando está agotado, lo que hace es rematar contra la unidad", expresó.