Las mentiras de los Arrom

En su declaración ante la CIDH, los Arrom omitieron hechos sobre el secuestro de María Edith Bordón. Cristina dijo haberse enterado por la prensa del caso, cuando fue psicóloga de las hijas de Debernardi, y Juan negó vínculos con las FARC y EPP.

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La fiscala general del Estado, Sandra Quiñónez, quien tuvo a su cargo trabajar como investigadora del secuestro de María Edith Bordón de Debernardi, resaltó en una conversación con ABC Cardinal algunos de los detalles más contradictorios de las declaraciones de los hermanos Juan y Cristina Arrom, ayer, ante los jueces de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).

Quiñónez relató que ayer, una de las hijas de María Edith no puedo evitar no reaccionar ante la respuesta de Cristina a una de las juezas de la CIDH. En la audiencia pública se produjo el siguiente interrogatorio.

Jueza: -Usted nos dijo, señora, que usted se enteró por uno de los medios de comunicación de que su hermano estaba siendo acusado por un delito común. ¿Qué delito común era ese?

Cristina Arrom: -Un delito común de secuestro.

Jueza: -¿Quién era la persona secuestrada?

Cristina Arrom: -Una señora de apellido Bordón.

Jueza: - ¿Su hermano o su familia conocían a esta señora?

Cristina Arrom: -Ocasionalmente, en reuniones familiares.

Jueza: - ¿Ella era parte del núcleo familiar de ustedes?

Cristina Arrom: -No del núcleo familiar, pero sí en reuniones familiares pudimos compartir.

"Ayer en el Instagram de Antonella (Debernardi, hija de María Edith) nos decía perfectamente: La que nos consolaba, la que nos decía que mamá estaba bien hoy no le conoce a mi mamá o dice la Sra. Bordón", indicó Quiñónez, recogiendo la reacción de la hija de la secuestrada que recordó que Cristina era supuestamente la psicóloga  de la familia durante el secuestro y pasaba tiempo dentro de la casa.

"Ahí el ingeniero (Antonio Debernardi, esposo de María Edith) se da cuenta que realmente estaba durmiendo con el enemigo, porque la que estaba ejerciendo como psicóloga de los chicos se pasaba todo el día escuchando y les decía que la mamá estaba bien", agregó la investigadora del caso.

Los secuestradores manejaban detalles íntimos de la familia. Incluso, una de las cartas enviadas por los secuestradores fueron dejadas en el que alguna vez fuera el consultorio del padre de María Edith, un detalle vedado a cualquier extraño.

El ya fallecido esposo de la secuestrada, en su momento, se llegó a involucrar tanto en la recuperación de su esposa que logró una de las pruebas fundamentales que posteriormente ayudaron a ligar a Juan Arrom con el secuestro. "Va el mismo (Debernardi) y quita una foto de la chapa que recibe el dinero. Me llama él, me dice la chapa", relató la fiscala. Al día siguiente, confirman que el registro correspondía a Gilberto Yamil Setrini, un militante del Partido Patria Libre y exmiembro de la banda de Choré, germen del actual Ejército del Pueblo Paraguayo.

Juan Arrom también mintió cuando negó conocer a Carmen Villalba y Alcides Oviedo, miembros del EPP actualmente presos.

"Trece veces -recuerdo bien ese informe- le visitó en el Buen Pastor, negó conocerle a Alcides Oviedo Brítez y a Gilberto Yamil Setrini y también lo visita en el Penal de Tacumbú. Entonces, ya Carmen pasando el tiempo, con la rabia de que le negaron ellos declaran ante la señora Mina (Feliciángeli), de que sí: 'Nosotros somos o fuimos el brazo armado del Partido Patria Libre'", destacó la fiscala. 

Arrom también dijo ante los jueces que no existían pruebas de su vinculación con las Fuerzas Armadas Revolucionarias del Colombia (FARC), siendo que correos aportados por las propias autoridades colombianas -no de nuestro país- confirmaron diálogos vía e-mail con un referente del grupo guerrillero colombiano. 

"Se intentó hacer una relación inexistente de tipo supuesto ilegal con esa fuerza política, pero sin ningún tipo de sustento", dijo ayer Arrom, negando las pruebas digitales aportadas por el gobierno colombiano.

"Surgió una versión de parte del gobierno nacional de una supuesta relación con la guerrilla colombiana. ¿Por qué motivo surge esa versión del gobierno paraguayo? Por el hecho de que nuestro movimiento se estaba sumando, junto con otras fuerzas paraguayas, a una campaña internacional por la paz en Colombia y en un momento llegó un representante de una de esas fuerzas beligerantes que estaban llevando las negociaciones del gobierno colombiano", indicó sin mencionar en ningún momento los correos intercambiados. 

 

 

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