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Las células radicalizadas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) que no están conformes con los diálogos de paz estarían aproximándose a nuestro país, dijo la agente fiscal. Al ser consultada si estos grupos llegarían a Paraguay, dijo que “no se descarta su presencia”.
“Tenemos que cuidar que la parte que no está conforme con el proceso de paz venga a instalarse en Paraguay. Los que no están conformes con el proceso de paz van a tratar de defenderse”, declaró en entrevista con la 780 AM.
Ante esta posibilidad, instó a tomar las medidas preventivas para que no suceda. Esto se daría mediante la conexión que el grupo colombiano tiene con el autodenominado Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP), con quien se relaciona desde hace 17 años, cuando en nuestro país operaba el brazo armado del Partido Patria Libre.
“Desde 1997 (las FARC) tienen en la mira al Paraguay”, dijo Quiñónez. De hecho, hay documentos que demuestran que Patria Libre participó de seminarios de las FARC ese año. En el 2008, se convierten en el EPP, pero ya siendo un grupo adiestrado por ellos en Colombia, recordó Quiñonez.
Recordó nuevamente que existe una “prueba fehaciente de la conexión” entre el EPP y las FARC. Las autoridades de seguridad colombianas ya sabían de esto y advirtieron desde hace años a nuestro país, comentó.
“He tenido la oportunidad de estar trabajando con las autoridades colombianas, me ha tocado representar al país en el primer seminario de secuestros en Bogotá. Ellos dijeron en ese momento ‘tomen las precauciones, es ahora o nunca’. Pasaron dos o tres años, algo se hizo”, contó.
Otra prueba de la conexión de los grupos es que en los computadores del líder de las FARC, Rubén Reyes, se halló un capítulo completo sobre Paraguay, que hablaba de secuestros y otras acciones.
“Raúl Reyes en su computadora tenía un Capítulo Paraguay, donde decía cuánto (del rescate) le correspondía a las FARC. Tuvo un 30% de lo que correspondía al secuestro de María Edith de Debernardi. En el caso de Cecilia supervisaron todo”, dijo.
Tal era la influencia en las acciones del EPP que el secuestro de la joven Cubas iba a ser inicialmente en enero, pero finalmente se perpetró en setiembre, porque los colombianos consideraban que los jóvenes aún no estaban “capacitados”, dijo.