Larga lista de antecedentes

Pese a la extensa lista de publicaciones periodísticas sobre los vínculos de la familia del intendente de Ypejhú, Vilmar “Neneco” Acosta Marques, con el narcotráfico y crímenes violentos en la zona fronteriza, las autoridades nunca los investigaron.

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En octubre de 2010, dos hermanos del entonces candidato a la intendencia de Ypejhú por el Partido Colorado Vilmar “Neneco” Acosta fueron acribillados. Uno de ellos murió en el lugar, mientras que el segundo falleció camino al hospital de la ciudad de Paranhos. De acuerdo a los investigadores, el ataque fue perpetrado por miembros de la familia Giménez Suárez, conocidos narcotraficantes de la frontera, con quienes los Acosta Marques mantenían viejas rencillas.

El problema en aquella oportunidad había surgido luego de la incautación unos 5.000 kilos de marihuana prensada efectuada por agentes de Antinarcóticos de la Policía.

Pablo Medina, quien en vida fuera corresponsal de ABC Color, publicó la noticia de la muerte de ambos hermanos, relatando el enfrentamiento de larga data entre ambas familias vinculadas al narcotráfico. A “Neneco” Acosta Marques no le gustó para nada lo que había hecho el periodista y en reiteradas ocasiones lo amenazó, obligando a Pablo a andar con custodia policial desde aquel entonces, custodia que fue retirada por orden de la Comandancia de la Policía en setiembre del año pasado y con la que no contó el jueves, cuando dos hombres –uno de ellos sería el hermano mayor del actual intendente de Ypejhú, Wilson- lo emboscaron y terminaron con su vida.

“Neneco” llamó en reiteradas ocasiones a Medina y le advirtió que no estaba dispuesto a permitir que nadie ensuciase su nombre, haciendo alusión a publicaciones que vinculaban al político con poderosos capos como Fernandinho Beira Mar y Líder Cabral.

Días después, Wilson Acosta Marques, actualmente prófugo y señalado como uno de los sospechosos de haber matado a Medina, era detenido en Brasil señalado como responsable de un triple homicidio en el que había caído abatido uno de los Giménez Suárez.

Pese a las amenazas, Pablo Medina nunca se quedó callado ni dejó de denunciar las irregularidades en las que se veía envuelta la familia del político colorado. De hecho, días después relató que, pese al combate desplegado en la zona, el negocio de la marihuana seguía igual que siempre.


En diciembre de 2010 se inició una quema de archivos que tuvo como primera víctima a Francisco Félix Bogado, ejecutado a balazos en una chacra perteneciente a un efectivo policial. La víctima trabajaba como “seguridad” de la banda de presuntos narcotraficantes liderada por Wilson Acosta Marques.

Ese mismo mes, Luis César Benítez, quien se desempeñaba como cuidador de la casa de los hermanos Dionisio y Tomás Gallardo, presuntos sicarios al servicio de los Giménez Suárez, rivales de los Acosta Marques, fue asesinado por tres sicarios que respondía a la familia del dirigente colorado. Lo sacaron de su casa a golpes y le llevaron hacia un yuyal, a unos 200 metros. Allí fue herido con arma blanca en el cuello y acusó varios impactos de bala en el cuerpo.

En enero de 2011, el cuerpo sin vida de una empleada doméstica fue encontrado en una casa de madera ubicada en la parte trasera de la vivienda del jefe comunal.

Poco antes, un joven de apenas 18 años fue encontrado sin vida bajo un puente de hormigón armado construido sobre el arroyo Aparay. La víctima fue raptada varios días antes y luego ejecutada a tiros por sicarios, entre los que se encontraba uno de los hermanos de “Neneco”. 

Semanas después, el 17 de febrero de 2011, Vilmar Acosta Marques y su padre Vidal Acosta fueron detenidos por orden de la fiscal Ninfa Mercedes Aguilar luego de que se hallaran cabellos y cuero cabelludo de seres humanos en la propiedad del último, ubicada en el barrio Virgen de Fátima de Ypejhú. Un día después, se encontraron huesos humanos en la misma propiedad.


Pablo volvía a relatar que un operativo conjunto tenía como objetivo eliminar bandas de narcos vinculadas a “Neneco”. Mediante un sobrevuelo con helicóptero se pudo detectar la existencia de unas 1.200 hectáreas de marihuana diseminadas en varias parcelas en las áreas boscosas, incluidas la reserva de la biósfera del Mbaracayú, administrada por la Fundación Moisés Bertoni. Apenas 338 hectáreas fueron destruidas.

Durante el procedimiento, la Policía detuvo a 11 personas, de las cuales 4 eran hombres supuestamente vinculados al intendente de Ypejhú, Vilmar Neneco Acosta Marques. Uno de los arrestados era sindicado como uno de los sospechosos del asesinato del joven que había sido raptado y asesinado semanas antes. Durante el procedimiento, Wilson Acosta Marques fue visto acribillando una patrullera de las fuerzas del orden.

En medio de los procedimientos, el 21 de febrero, un sicario que operaba para “Neneco” irrumpió en una discoteca y mató a un estudiante y al propietario del local nocturno. El pistolero había iniciado la balacera tras confundir al estudiante con un matón que fue contratado para eliminarlo. Una crónica enviada entonces por Pablo Medina relataba que existían rumores de que Acosta Marques ordenó la muerte de todos los sicarios que operaban para él, en el marco de un operativo de “quema de archivo”.

Vidal y Vilmar Acosta fueron remitidos días después al penal regional de Coronel Oviedo por disposición del juez de garantías interino José Benítez. Ambos afrontaban cargos por homicidio doloso. La medida fue confirmada por la Cámara de Apelaciones de Salto del Guairá días después.

En un giro llamativo, la misma Cámara de Apelaciones, compuesta por Rosalina Guens, Justo Pastor Benítez y Venancio López, decidió dos semanas después liberar a ambos. El titular de la cámara, Venancio López, había prácticamente secuestrado el expediente un día antes de acuerdo a la denuncia de los fiscales de la causa. El mismo López había mostrado un sugestivo interés en el caso, llegando incluso a reunirse con el juez de garantías que había decretado la prisión de los Acosta

Acosta fue liberado el 11 de marzo, dos días antes de las internas coloradas, durante las cuales su movimiento obtuvo una importante victoria en Ypejhú. La fiscala del caso, Ninfa Mercedes Aguilar, denunció en la ocasión la grosera injerencia del ministro de la Corte y superintendente del Alto Paraná y Canindeyú, Víctor Núñez, quien sugestivamente se reunió con el juez José Benítez y el fiscal Ramón Trinidad Zelaya. 

Tras disponer la liberación de Neneco Acosta, los tres componentes de la Cámara de Apelación fueron enjuicidados y los fiscales recurrieron a la Corte Suprema de Justicia para rever la decisión tomada por los mismos. Pese a haber sido hallados culpables de la comisión de irregularidades, los magistrados fueron beneficiados con sanciones atenuadas y simplemente amonestados.

Las muertes y enfrentamientos en el entorno de los Acosta Marques continuaron, a pesar de las constantes denuncias realizadas por el corresponsal de ABC Color Pablo Medina. En mayo de 2011, un custodio de Neneco fue asesinado de tres balazos en lo que se consideró un ajuste de cuentas entre narcos. En aquel entonces, el político colorado señaló como responsables a los hermanos Giménez Suárez, que salieron al paso diciendo no tener vinculación alguna en el caso.

En diciembre de 2011, tres sicarios de Acosta Marques fueron detenidos luego de que intentaran evadir un retén policial. Los malvivientes viajaban a bordo de un vehículo con chapa brasileña y en el interior del rodado se encontró carne de un animal faenado, marihuana y un rifle que pertenecía a “Neneco” Acosta Marques. 

La violencia siguió y, el 1 de enero de 2012, sicarios de Acosta Marques mataron a Secundina Martínez Vallejos frente a sus dos hijos. Los malvivientes llegaron en una motocicleta hasta la vivienda de la mujer y abrieron fuego desde afuera de la misma, matándola e hiriendo a ambos jóvenes, uno de ellos con discapacidad motriz. Se hablaba de un ajuste de cuentas, luego de que Martínez Vallejos tuviera algún problema con el político colorado por motivos desconocidos.

En enero de 2013, el mismo jefe comunal habría encabezado una turba que atropelló la comisaría 6ª de Ypejhú para liberar a uno de sus sicarios, quien había sido detenido días antes por su supuesta vinculación al asesinato de un joven de 19 años.

Hace apenas algunos meses, en mayo de este año, Pablo reportaba que uno de los sobrinos de “Neneco” era buscado por el asesinato de un hombre en Villa Ygatimí, la zona de la que provienen todos los sindicados como supuestos sicarios de Acosta Marques. 

Pablo Medina, corresponsal de ABC Color en la zona, quien denunciaba constantemente los crímenes cometidos por el entorno del político y presunto narcotraficante, fue asesinado el jueves 16 de octubre, días después de que se cumplieran cuatro años de la primera vez que recibió una amenaza como consecuencia de su trabajo por parte de quienes hoy se encuentran prófugos y señalados como los autores del crimen. 

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