Becas de Itaipú: La joven del puntaje perfecto

Su condición humilde no fue obstáculo para que Lina Piris, una joven de 18 años proveniente de una familia de agricultores de Itauguá, lograra el puntaje máximo en las pruebas para acceder a una de las 1.000 becas universitarias de Itaipú.

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Lina Piris Escobar es un ejemplo vivo de que cuando una persona se propone y tiene los objetivos claros, no hay obstáculos insalvables. Con 18 años, egresó del Colegio Nacional Dr. Pedro P. Peña, de la ciudad de Itauguá, gracias al sacrificio de sus padres: él, agricultor, y ella, ama de casa.

Consciente de la condición humilde de su familia, la joven -la menor de tres hermanos- buscó oportunidades de ayuda y no aguardó que el milagro venga de arriba; fue así que decidió pujar por una de las 1.000 becas universitarias que ofrece este año la Itaipú. “A mí me gusta mucho la ingeniería y por eso fui por la beca de Itaipú; es una carrera cara y mis padres no podrían pagar esa carrera”, relató la estudiante en contacto con radio ABC Cardinal.

Comentó que tuvo apenas ocho días para repasar todo el temario de castellano y matemáticas y confesó que realmente fue una semana en que prácticamente sacrificó toda vida social, en pos de la posibilidad de seguir con su formación. “Fue puro estudio, puro café, no salir de mi casa, estudiar todo el día, la noche, quedarme hasta las 02:00. Fue pesado el estudio, pero todo sacrificio tiene su logro”, reflexionó.

Grande fue la sorpresa de Lina cuando hace unos días, al verificar la lista de los que aprobaron las pruebas, su nombre figuraba con el máximo puntaje. “Hice 20 y 20 (20 puntos en castellano y 20 puntos en matemáticas)”, indicó al referirse a que respondió correctamente el 100% de las preguntas.

Al rememorar aquel momento en que se vio el resultado de todo su sacrificio, expresó: “Empezaba a ver (la lista de quienes aprobaron) y no creía; veía y no creía”. “Miré mi número de cédula dije: 'Esa soy yo' y no sabía si reírme o llorar, porque fue un logro muy importante para mí”, manifestó.

La joven de 18 años de edad confesó que, pese a que se preparó intensamente, los cuestionarios le resultaron difíciles, tal como afirmaron gran parte de los 3.592 postulantes, de los cuales apenas 200 pudieron lograr el 60% en cada prueba escrita. “La verdad que para mí estuvo medio difícil; fue pesado”, confesó.

Lina comentó que durante los ocho días de intenso estudio tampoco recurrió a cursos preparatorios previos y se limitó a reforzar los conocimientos que ya adquirió en el colegio y por autogestión. “La verdad que estudié sola en casa; Itaipú nos dio los temas de examen”, refirió.

Sobre la manera en que se fue formando académicamente, mencionó que desde pequeña acostumbraba leer todos los libros a su alcance, inclusive aquellos de cursos superiores. “Leía libros de la carrera de mi hermano mayor; él es licenciado en Enfermería y ahora sigue Derecho”, mencionó.

Señaló que, pese a ser egresada bachiller con énfasis en Ciencias Sociales, siempre estuvo atraída por las ciencias básicas, por lo que las matemáticas estaban entre sus materias predilectas. Con respecto a su puntaje perfecto en castellano, lo atribuyó a su lectura constante y a que “en ciencias sociales teníamos mucho castellano”.

En lo que respecta a los cuestionamientos sobre la deficiente base que da la educación secundaria, principalmente en los colegios públicos, la estudiante mencionó que la formación estudiantil depende en un 50% de la calidad educativa en las instituciones y en un 50% de la actitud y aptitud del alumno. “Depende de vos, de ponerte las pilas; si no aprendiste algo, buscás en otros libros, otras bibliografías, te autoenseñás”, manifestó.

Aclaró igualmente que influyó en gran manera el acompañamiento de su familia, donde “me apoyaron mucho”. “Mis padres siempre me apoyaron, me dieron ese aliento, mucho apoyo”, refirió al destacar que se trata de un logro en conjunto.

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