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Una mezcla de espanto y milagro es la que vivieron nuevamente ayer en el Norte con una granada que dejó el autodenominado Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP) dentro de la carrocería del camión picudo donde masacraron a ocho militares en la zona de Arroyito, Concepción. El artefacto fue activado por los criminales en el momento del atentado pero no detonó.
Intentando replicar lo que habían hecho con la camioneta de Fidel Zavala, todo indica que el grupo criminal, además de detonar las dos bombas a jeringa, arrojaron una granada color verde musgo que quedó oculta y mimetizada dentro del camión. El explosivo no funcionó en el momento de la tragedia.
Los primeros equipos militares y policiales que llegaron al lugar de los hechos hicieron revisiones del camión y no hallaron la granada. Todo el sábado último, el camión fue sometido a varias pericias y manipuleos por parte del personal de la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC), en el mismo sitio del atentado, y no se dieron cuenta de la existencia del explosivo.
Ayer de siesta, alrededor de las 14:00, el camión fue movido desde el lugar de los hechos hasta la base de los militares que queda en Núcleo 6. Durante todo el trayecto que implicó movilizar un camión seriamente averiado por la bomba, el rodado fue sometido a un importante traqueteo y la granada tampoco detonó.
Ya en el predio de la SAP2 (Subárea de Pacificación 2) volvieron a hacer una revisión en horas de la tarde. Entonces, descubrieron atónitos la existencia de la granada que estaba allí, activada. Ya más entrada la tarde fue detonado el explosivo en forma controlada.
Desde la hora del atentado, que se estima alrededor de las 9:00 del sábado pasado, hasta la tarde de ayer, transcurrieron casi 30 horas en las cuales pudo haber muerto más personal de la FTC con el artefacto activado que dejó el EPP.
La granada sería conocida en la jerga militar como “karumbe'´i”, es de apariencia alargada y de color verde musgo, tonos similares al camión militar estilo “picudo” donado por los brasileños.