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“En el mundo político se habla de que la Senad no es más que la tapadera de la DEA. Es momento de poner a la luz del día esa relación. En cualquiera de los casos no sería pertinente que tengamos una pantalla que permita la operación de una agencia internacional sin que nosotros tengamos el control de la situación. Dada la naturaleza de cómo se mueve la Senad, hay elementos que nos hacen suponer que esa es la verdadera realidad. Lo que queremos es evaluar la situación con criterio racional, con sobriedad. Proponernos los ajustes, que sean pertinentes”, afirmó el legislador liberal en conversación este martes con radio ABC Cardinal.
Amarilla aseveró además que la persona que ocupe la titularidad del ente tras la renuncia de Luis Rojas será impuesta por la Embajada de los Estados Unidos en el Paraguay. “Eso es evidente. Creo que no hay que engañarnos. Me parece que la Embajada de los EE.UU. decide quién es la persona que tiene que estar allí. La gente debe saber eso”, dijo.
“Dadas estas circunstancias (la intervención criminal de la Senad) es absolutamente necesario ponernos a revisar muy fríamente la pertinencia de que (la Senad) subsista como institución. Senad había aparecido con el propósito de que fuera el servicio de inteligencia, es una agencia especializada digamos para dirigir estratégicamente la lucha contra el crimen organizado, muy particularmente con lo vinculado con el narcotráfico. Luego esta agencia devino más bien en una oficina operativa, un cuerpo con características policiales. Se desvirtuó en mi opinión la esencia de su misión institucional. Eso es lo que queremos revisar, ver si conviene que continúe. Hace poco más de un año se creó la Agencia Nacional de Inteligencia, que tiene la misma visión que la Senad en el sentido más amplio. Me parece que hace falta un orden institucional. Lo haremos sin apuro, pero el debate es inevitable”, reflexionó Amarilla.