Quería ‘oír’ denuncia sobre acoso en un hotel

Siguen saltando las denuncias de acoso sexual en Itaipú, donde aparentemente hay todo un esquema para encubrir a denunciados. En uno de los casos, el superintendente Arturo Giménez habría citado en un hotel a una joven para “escuchar” su caso de acoso.

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Norma Cardozo y Sandra Morales son dos mujeres que se animaron a llevar a juicio los casos de acoso que denunciaron en Itaipú, institución que hasta ahora no ha tomado cartas en el asunto contra un alevoso hecho que involucra al superintendente de Servicio, Arturo Giménez, a quien en un audio se escucha pedir a una funcionaria que le robe el celular a una mujer que lo denunció por acoso.

Pero no es la primera vez que Giménez es denunciado por acoso y tampoco que busca desaparecer las posibles pruebas en su contra. A Norma Cardozo, una de sus eventuales víctimas, le planteó que entregue su celular y desista de la denuncia para que pueda mantener su cargo en la institución.

“Está todo grabado y además esa es una prueba directa. Pero hay pruebas indirectas porque como sabrás, en el tema del acoso una prueba directa es muy difícil, por eso muchas mujeres no se animan a hacer la denuncia correspondiente. Además entre altos funcionarios se tapan y finalmente la mujer es la que queda estigmatizada y es objeto de burla de hasta sus propias compañeras”, indicó Roberto Inglés, abogado de Cardozo.

“El caso de Norma no es el primero en Itaipú ni va a ser el último, pero sí es uno de los pocos que llegó a instancias judiciales, y es hora que las mujeres se animen a denunciar estos casos en todos los ámbitos y la sociedad misma tiene que apoyarles”, insistió el abogado, sobre otros de los casos que vinculan a Giménez.

Por su parte, el caso de Sandra Morales demuestra una cadena de acoso que se empeñan en ocultar y no tiene reparos a la hora de buscar desacreditar a la presunta víctima, según relata el abogado de está causa, Augusto Gernhofer.

Morales, una pasante que incluso era madre, denunció a su jefe inmediato Osvaldo Martínez, jefe de la División de Seguridad, quien la tocaba e incluso le enviaba imágenes de sus partes íntimas. Acudió al superior inmediato y como respuesta de vuelta fue acosada por quien supuestamente debía tomar cartas en el asunto.

Acudió a todas las instancias internas dentro de la institución, haciéndose responsable de su denuncia, incluso hasta la última instancia, quien lastimosamente resultó ser Arturo Giménez, quien la citó a un hotel para “escuchar” su denuncia.

“Ella comenta en su declaración que cuando tuvo el problema, estamos hablando de octubre de 2013, ella recurrió a este señor Arturo Giménez, pero le cita para hablar sobre el tema en el Hotel California de Ciudad del Este, donde va a hospedarse. Entonces, con mucho temor, ella no asistió y cuenta como una anécdota más de lo que ocurrió, teniendo la Itaipú su horario de trabajo, su oficina donde denunciar”, comentó el abogado sobre algo que consta en la carpeta fiscal.

El abogado de Morales remarcó que la Fiscalía tuvo congelada la causa durante tres años, y ante el temor de que quede extinta, su defendida llegó a un acuerdo con los denunciados, pero dejó constar en la carpeta fiscal que renunciaba porque veía que no tenía respuesta de la Justicia.

La única “victoria” que logró es que dos de los funcionarios que la entidad presentó como supuestos testigos para defender a los presuntos acosadores, fueran condenados por “injuria”. Lamentó que finalmente ella terminó perdiendo su cargo, ya que en represalia no la recontrataron, por lo que además presentó una demanda en el fuero laboral.

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