Ruiz recibió el galardón de manos de Artemio Bracho, de 91 años e impulsor de esta fiesta en Paraguay, quien destacó la genialidad de Ruiz y del “altar de maíz” que diseñó para el Papa, quien visitó el país a mediados de mes.
“Estoy feliz que en la venida del Papa se haya estrenado una obra maestra de este señor tan genial. Se distingue la genialidad de Koki y se le declara Amigo del Año”, dijo Bracho ante los aplausos del centenar de personas reunidas en la calle Palma.
Ruiz devolvió el cumplido y respondió que lo que es una verdadera “obra de arte” es la iniciativa de Bracho de trabajar porque el Día de la Amistad sea especialmente sentido por todos los paraguayos.
“Es un día de fraternidad, ésa es la obra más maravillosa, más que mi retablo”, dijo Ruiz, de 58 años.
Desde que construyó su retablo, dedicado a San Francisco y a San Ignacio, Ruiz no ha dejado de recibir homenajes en Paraguay, los últimos en el Congreso paraguayo.
El retablo es una original pieza construida por cientos de miles de semillas y mazorcas de maíz que, flanqueado por las imágenes de San Ignacio y San Francisco, fue el decorado que respaldó la misa del Papa en el parque de Ñu Guasu, en el Gran Asunción, a la que asistieron centenares de miles de personas.
La estructura fue trasladada en tres camiones dos semanas antes de la visita de Francisco desde la pequeña ciudad de San Ignacio, en el departamento de Misiones, donde Ruiz tiene su taller de trabajo. En esa zona, Ruiz elabora cada Semana Santa un retablo similar, a base de calabazas y mazorcas de maíz. Ahora prepara una estructura parecida que se instalará en un hogar de ancianos en San Ignacio.