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Carmen Benitez, propietaria del local, comentó que desde los primeros días de junio, "aparecen" los posibles candidatos al Judas Kái. Hasta la fecha, el personaje más vendido en las últimas semanas, es "Karolina Inverfin", en alusión al jocoso episodio donde la cobradora "descontrolada", reclamó al cliente el pago de las cuotas atrasadas con la casa comercial.
"Hasta ahora ya vendimos siete "Karolina Inverfin", pero tenemos más pedidos. El otro personaje que se pide es "Horroracio Carter" y ahora preparamos "Mirtha Gusinky". Seguro que en la próxima semana surgen más", señaló la vendedora.
Carmen, a través de una sonrisa plena mencionó que el negocio de la pirotecnia y los muñecos, inició hace más de 70 años con su añorado bisabuelo Juan Salas, quien desde muy joven incursionó en la fabricación de explosivos artesanales. Actualmente, el negocio es administrado por la cuarta generación, en el mismo lugar donde funcionó desde siempre.
"Para mi esto es una herencia, llevo 25 años al frente del local, siempre en el mismo lugar. Esto antes era una fábrica de bombas caseras. Luego dejamos de fabricar y comenzamos a importar. Hasta hoy, los productos son traídos de de Brasil y China. Mis hijos también trabajan conmigo", explicó Benítez.
Agregó, que normalmente son fabricados entre 100 y 120 muñecos, cuyo menor costo es de G. 200.000. "La diferencia del precio de cada Judas Kái, está en la cantidad de bombas que lleva. Es un trabajo de dos horas. Lleva madera y luego los trapos y bombas. También tenemos el Toro Cándil desde G. 100.000 y la pelota tatá tres por G. 10.000. Además, siempre tenemos los fuegos artificiales para los acontecimientos especiales", explicó.