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La niña se encuentra internada desde octubre en el Hospital Acosta Ñu, y hace seis meses aguarda por un donante del órgano. Hoy Jenni no aguantó más estar acostada en la cama de la unidad terapia intensiva.
Ante el clamor de la pequeña por volver a su escuela, su madre Virginia Aquilar, con el permiso y acompañamiento médico, la tuvo que llevar hasta el aula que tiene el centro médico, para los niños internados.
Comentó que fue tan desgarrador ver a su pequeña entrar a la sala de clases en sillas de ruedas, atendiendo que su corazón no soporta mucho esfuerzo. “Ella iba caminando como cualquier niña a la escuela, y lógicamente corría en el recreo. Ahora verla en sillas de ruedas, porque no puede caminar porque su corazón ya no da más, es desgarrador”, dijo.
Jenni con ganas se sentó en el aula hospitalaria y empezó a hacer algunas tareas. Tiene la esperanza de volver pronto junto a sus compañeritos, a corretear de nuevo por el patio con ellos, en los recreos, en especial con sus amigas Fiorela y Rebeca.
El año pasado no pudo acudir a las últimas clases porque tuvo un episodio que le estaba llevando a una muerte súbita de la cual fue reanimada gracias a que estaba de consulta por el hospital de referencia.
Para salvarla se le colocó un desfibrilador autoimplantable, y aunque actualmente se encuentra estable, las arritmias controladas con medicación tienen prioridad cero para trasplante.
También desea volver a su hogar, donde está su hermanito Jorgito, de un año y ocho meses, y también para jugar con su prima Leticia, que vive cerca de su casa. También extraña a su padre, Jorge León.
La madre clama a las personas que lleguen a perder a un ser querido en situaciones no deseadas, que en medio de su dolor puedan ayudar a su hija para que ella pueda tener la posibilidad de seguir viviendo. Dijo no desear que muera nadie, pero de suceder, llama a la conciencia para la donación de órganos.
Por otro lado, hoy llegó hasta el centro médico el director ejecutivo de la Fundación del Club Cerro Porteño, Roberto Cáceres, quien dijo que su idea es interiorizarse de la situación de la pequeña, y ver la forma de brindarle un apoyo. Sobre todo, manifestó la intención de ayudar fomentando la importancia de la donación de órganos a través de la campaña “Cerrista Inmortal”, que, según dijo, ya tiene 1.000 voluntarios inscriptos, mediante un convenio con el Instituto Nacional de Ablación y Trasplante.