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El histórico Panteón de los Héroes, ubicado en el centro mismo de Asunción, fue el lugar en donde los manifestantes se unieron con una sola consigna: repudiar la suba del pasaje.
Aún con los rayos solares altos y con la presencia del “mejor amigo del hombre”, un can, los ciudadanos expresaron su molestia y disconformidad por el nuevo precio de G. 2.400.
Cuando cayó la noche, las cosas cambiaron: un grupo se separó de los manifestantes y cerró el cruce de Herrera y Nuestra Señora de la Asunción. Allí pintaron algunos buses con aerosol negro; escribieron “chatarras” y “japiro suba del pasaje”.
En ese momento se desató la primera pelea entre los policías que intentaban garantizar el libre tránsito y los indignados. Hubo golpes con bastonazos a los manifestantes y desvío del tráfico.
Los indignados se movilizaron por todo el centro de Asunción para realizar cierres intermitentes del tráfico. A patadas y cachiporrazos, los uniformados despejaban las calles.
Los policías tampoco se salvaron de las agresiones porque recibieron patadas e insultos por parte de algunos manifestantes. Sobre Cerro Corá y Estados Unidos, un indignado rompió el faro delantero de un colectivo.
La lluvia no calmó los ánimos en absoluto, recién a las 21:00 del viernes la situación se calmó, con la detención de 14 manifestantes. Una hondita y varios cascotes fueron requisados por la Policía.
La causa penal se encuentra a cargo del fiscal Emilio Fúster. El nuevo precio del pasaje rige desde el 1 de enero y las manifestaciones se realizaron los pasados 2 y 3 de enero.