Cargando...
El obispo castrense afirmó que se trata de una situación gravísima para la jerarquía eclesial paraguaya. Al mismo tiempo, sostuvo que toda actuación institucional se encuadrará bajo el nuevo protocolo del Vaticano sobre abusos sexuales perpetrados por sacerdotes.
“Nos estamos enterando de una situación tan lamentable que merece la atención de la justicia para tratar de atender a las víctimas y castigar a los culpables. Esperamos que esta llaga que se ha abierto pueda sanarse y pararse lo más rápido posible”.
Monseñor Martínez insistió en que los obispos deben comprometerse a asistir a las víctimas de estos hechos que golpean a la Iglesia católica: “Debemos comprender que los pastores estamos para pastorear, no para aprovecharnos ni esquilmar al rebaño; además, es un atropello contra la dignidad de las personas”, recalcó.
Si bien la causa judicial que vincula a los sacerdotes Gustavo Ovelar y Francisco Bareiro con presuntos abusos sexuales contra jóvenes de la comunidad de Paso Yobái data de 2014, el caso tomó estado público semanas atrás a través de crudos relatos de las víctimas de los abusos cometidos de 2011 a 2013 y, presuntamente, ocultados por la congregación Oblatos de María, a la que pertenecen los religiosos.
También trascendió que la denuncia ante el Ministerio Público no avanzó debido a que dos fiscales llamativamente no supieron encuadrar las denuncias como delitos y, por lo tanto, ambos sacerdotes no fueron imputados hasta el momento, solamente separados de la Diócesis de Villarrica.