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Que si habrá colectivos, que si bloquearán las rutas y caminos, que quiénes van a la huelga. El ciudadano se pregunta todo esto y si bien hay algunas respuestas, es muy poco lo que se puede asegurar.
Entonces, partamos de qué es lo que se sabe: la huelga general está convocada por siete de los 2.500 sindicatos, según datos del Ministerio de Trabajo. Lo primero que uno piensa que es la medida no tendrá la fuerza necesaria para alterar el ritmo de trabajo diario. Sin embargo, desde el Gobierno anuncian que algunas personas pueden generar conatos de violencia, especialmente en el conflicto con el sector transporte. Los sindicatos responden que el Estado está queriendo generar un miedo inexistente acusándolos de violentos. La situación generó hasta una división interna en el sindicalismo local.
El sector transporte es uno de los que no se pliegan a la huelga. César Ruiz Díaz, de Cetrapam, comentó a ABC Color este sábado que son tres las líneas que comunicaron que no trabajarán el lunes porque sí harán huelga. ¿Cuáles son estas empresas?
Las líneas: 111, 242 y 59.
Ruíz Díaz dijo que de estas tres empresas, la 59 fue cancelada por prestar un mal servicio. Es paradójico remarcar que el recientemente creado sindicato de la línea 49 “La Limpeña”, propiedad del diputado Celso Maldonado el cual tuvo varias dificultades para su conformación no comunicó que se unirá a la huelga.
Ahora bien, los colectivos recién saldrán desde las 6:00 del lunes y el martes, hasta que oscurezca; es decir hasta las 19:00 a 19:30. Los empresarios temen que algunas personas que hagan huelga agredan a las unidades de transporte. “Vamos a cuidar la integridad de los conductores y de los pasajeros”, señaló Ruiz Díaz.
Bernardo Rojas, de la Central Unitaria de Trabajadores Auténtica (CUT-A) responde, también en conversación con ABC Color. El dirigente sindical afirma que lo que el Gobierno y los empresarios quieren causar es un miedo inexistente acusándolos de violentos.
“Ellos dicen que la vez pasada se rompieron 147 parabrisas. Si es así, por qué no les llevaron presos a los que hicieron eso. Nosotros somos pacíficos, no vamos a bloquear las calles pero sí habrá puntos de concentración. No vamos a cerrar las calles y no vamos a ser violentos. Si alguien hace eso vamos a pedir que se le lleve preso”, respondió Rojas.
Entonces, en resumen, si bien hubo solo tres líneas las que comunicaron que harán huelga, la circulación de colectivos están condicionada al “comportamiento” del los huelguistas. El Gobierno, sin embargo, dijo que sacaría los camiones de las Fuerzas Armadas si fuere necesario. Dada la última experiencia, la de la huelga del transporte del pasado 2 de noviembre, este es un detalle que no abastece en absoluto a los pasajeros. El Ministerio de Trabajo pidió a las patronales una cierta tolerancia en cuanto a las llegadas tardías.
Los motivos son varios. Las fechas coinciden con las reuniones clave de la Cumbre del Mercosur que se hará en el Hotel Bourbon de Luque. Los jefes de Estado de Brasil, Uruguay, Argentina, Bolivia y Chile son los que confirmaron presencia. Los reclamos se centran en el eterno pedido de reforma agraria, desarrollo inclusivo, mejor presupuesto para entes como salud pública y educación (inversión mínima del 7% del PIB), jubilación digna, mejora del servicio del Instituto de Previsión Social y no a la persecución sindical y laboral por parte de patronales del Estado y del sector privado.
Entre los reclamos están temas coyunturales, como aumento del salario mínimo (25 por ciento), reducción del pasaje de buses con aire acondicionado de G. 3.400 a G. 2.300 y suspensión del cobro del peaje de ida y vuelta (prevista desde marzo de 2016) y derogación de la Ley de Alianza Pública Privada.
Guillermo Sosa respondió a algunos de estos pedidos pero de igual forma no hubo conformidad de partes. El punto del salario mínimo es el que más caló, porque el Gobierno afirma que viene “estudiando” el aumento sin concretarlo. Los artículos 362 del Código del Trabajo y el 131 de la Ley de la Función Pública exige a los gremios prever personales que trabajarán durante la huelga.
El Gobierno también juega su partido. El ministro de la Función Pública, Humberto Peralta, advirtió que habrá descuentos para los funcionarios públicos que se acoplen. “Nos preocupa que se dejen de prestar servicios a la ciudadanía en momentos de altísima demanda, algunos tipificados como imprescindibles”, dijo.
La situación está cargada de incertidumbre. Por un lado pujan los sindicatos para mostrar su fuerza a los presidentes de la región y por el otro, la administración de Horacio Cartes quiere mostrarse tolerante tras meses de descrédito a cierto sector sindical.