Secuestro: horas de silencio

A varias horas del secuestro de un menonita y su peón, en Tacuatí, San Pedro, es casi nula la información brindada por la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC). A esto se suma el hermetismo en la comunidad Manitoba, donde reina el silencio.

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Abraham Fehr, de 38 años de edad, permanece secuestrado desde la tarde de ayer, junto a uno de sus peones, cuya identidad aún se desconoce. Ambos fueron tomados junto a dos hijos menores del colono y un ayudante cuando se encontraban cosechando maíz en una estancia arrendada de la familia Soljancic, en Tacuatí.

Tras varias horas de retener al grupo, ya en horas de la noche los autores del hecho decidieron liberar a los niños -de ocho y cinco años de edad- pero retuvieron al menonita, residente de la colonia Manitoba, además de uno de los trabajadores. Por la liberación, los criminales exigieron US$ 20.000, monto que fue reunido rápidamente por los colonos para luego ser dejado en medio del monte, en un lugar señalado por los secuestradores. Sin embargo, el dinero no fue retirado, por lo que fue nuevamente guardado a la espera de que los captores se comuniquen, según fuentes.

Desde la víspera, la Fuerza de Tarea Conjunta evita brindar detalles del hecho, aunque garantiza que está “trabajando”. El mayor Alfredo Ramírez, vocero de la FTC, inclusive se negó a dar nombres y argumentó estar en “pleno procedimiento”, sin arrojar mayor claridad sobre los sucesos. La incertidumbre y falta de información llega a tal punto que inicialmente se mencionó que eran dos los secuestrados; posteriormente, se aclaró que solo el colono fue víctima y seguidamente se mencionó nuevamente que fueron dos los tomados por los captores.

A la actitud de los investigadores se suma además el hermetismo de la misma comunidad menonita, que hoy amaneció en silencio casi absoluto. Los integrantes participan, como cada domingo, de los cultos en los templos. Otro grupo acompaña a la Fuerza Conjunta en las diligencias en busca de pistas sobre los secuestrados. Sobre la autoría del hecho, todo apunta a que se trata del EPP, considerando la zona de influencia de la banda criminal, además de que las víctimas liberadas comentaron que los malvivientes actuaron en grupo, fuertemente armados, y aseguraron ser del grupo de asesinos y secuestradores. Tampoco se descarta que se trate de extorsionadores e incluso que empleados del colono estén involucrados.

El nuevo secuestro se dio en el mismo día en que el suboficial Edelio Morínigo cumplía 400 días en manos del EPP. El uniformado fue tomado por los criminales el 5 de julio de 2014, en Arroyito. Por su liberación exigieron un “canje” por la libertad de integrantes de la banda actualmente presos en Asunción, posibilidad que fue rechazada por el Gobierno.

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